Aunque Black Friday lleva décadas, crecen los movimientos anticonsumistas como el Día sin Compras, que ganan seguidores para frenar el consumo excesivo.
El hiperconsumo, ya sea en redes sociales, plataformas de compras en línea y tiendas físicas, se ha consolidado como una tendencia en los últimos años, agravada por el auge de las redes sociales, los influencers, las ofertas frecuentes y las campañas de marketing.
Eventos de compras masivos como el Black Friday, que se celebra mañana y marca el inicio de la temporada navideña de compras, también han agravado el problema.
Antes era solo una jornada, el Black Friday ahora se extiende a todo el fin de semana e incluye el Cyber Monday. En algunas regiones dura una semana completa, conocida como Cyber Week.
Sin embargo, han surgido más movimientos anticonsumistas para contrarrestar el Black Friday y la cultura global del gasto y el consumo. Uno de los más destacados es el Buy Nothing Day, que tiene lugar el mismo día que el Black Friday.
¿Qué es el Buy Nothing Day?
Buy Nothing Day es una jornada de protesta internacional contra el consumismo global generalizado. Invita a los participantes a comprometerse a no comprar nada durante 24 horas, tanto en Internet como en persona, para concienciar sobre los efectos perjudiciales del consumo excesivo.
Nacido en 1992 de la mano del artista canadiense Ted Dave, fue popularizado por la revista anticonsumista 'Adbusters'.
Desde su lanzamiento, el movimiento se ha extendido a más de 60 países en todo el mundo.
También anima a reducir residuos y revisar los hábitos de gasto. Los participantes pueden ayudar a disminuir los residuos de embalaje, así como las huellas de carbono del envío y la fabricación.
La jornada propone dar prioridad a actividades más significativas y no comerciales, para reforzar la comunidad y replantearse la relación entre el materialismo y la felicidad. Incluye pasar tiempo con mascotas, amigos y familia, participar en actos comunitarios y salir a pasear.
El Buy Nothing Day también se vincula a cuestiones más amplias como la desigualdad social y el impacto medioambiental. Promueve la reutilización y las organizaciones y tiendas solidarias de segunda mano, que evitan que los objetos acaben en vertederos y ayudan a los hogares con bajos ingresos.
Al coincidir con el Black Friday, se ha convertido en un auténtico antídoto contra la cultura global de las compras y ha ganado bastantes seguidores con los años, aunque también ha dividido Internet.
Algunos usuarios de redes sociales defienden la frugalidad, el gasto consciente, la cultura del ahorro y las compras sostenibles. Otros se identifican más con la cultura 'YOLO' y la 'Little Treat'. Consideran que, dado que grandes metas vitales como comprar una vivienda o ahorrar lo suficiente para la jubilación están fuera de alcance para buena parte de las generaciones jóvenes, no debería criticarse darse pequeños caprichos como irse de compras.
La explosión de los movimientos anticonsumistas
Este año, el Black Friday llega con más polémica de lo habitual, con un marcado repunte de movimientos y boicots anticonsumistas. Entre ellos figuran Buy Nothing Day, 'We Ain’t Buying It' y 'Make Amazon Pay Day', todos en torno al Black Friday.
También se ha convocado un apagón masivo del 25 de noviembre al 1 de diciembre, dirigido principalmente contra grandes corporaciones como Amazon, Home Depot y Target, entre otras. Busca denunciar violaciones de derechos laborales, el apoyo de estas cadenas a Donald Trump y su marcha atrás en programas de diversidad, equidad e inclusión.
"Amazon, Jeff Bezos y sus aliados políticos apuestan por un futuro tecnoautoritario, pero en este Make Amazon Pay Day los trabajadores de todo el mundo están diciendo basta", dijo Christy Hoffman, secretaria general de UNI Global Union, en un comunicado.
"Durante años, Amazon ha cercenado el derecho de los trabajadores a la democracia en el trabajo mediante la representación sindical y con el respaldo de figuras políticas autoritarias. Su modelo está profundizando la desigualdad y socavando los derechos fundamentales de los trabajadores a organizarse, negociar colectivamente y exigir lugares de trabajo seguros y justos".
Estas campañas anticonsumistas y de boicot quieren además promover que los consumidores apoyen pequeños negocios locales, sostenibles y de segunda mano, en especial los de propiedad de personas negras, inmigrantes o de otras minorías, y aquellos que hasta ahora han resistido la influencia de Trump.