Glass Marcano, la joven promesa de la música clásica que conquistó Francia

Glass Marcano, la joven promesa de la música clásica que conquistó Francia
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Por Blanca Castro  & AFP

La directora de orquesta venezolana, de 24 años, se convirtió en la primera directora negra en dirigir una orquesta en el país europeo.

De los mercados de Venezuela a la Ópera de Tours: empujada por su desbordante energía, la joven directora de orquesta Glass Marcano ha experimentado un ascenso meteórico. El sábado se convirtió en la primera mujer negra en dirigir una orquesta en Francia.

Con el pelo recogido, gafas, zapatillas blancas y ropa de correr, Glass Marcano está sentada en un taburete alto. No duda en bajarse regularmente para dar sus instrucciones, partituras en mano.

La joven de 24 años empuña la batuta con un gesto amplio, sin dejar de lado su amplia sonrisa. "Toca este pasaje como las olas del mar", le dice a un músico en una mezcla de francés e inglés.

Al final de los ensayos, la venezolana mira el terciopelo rojo y el oro del teatro de Tours. "Estoy viviendo un sueño, como en una película", comenta. "Pero, en este teatro, me doy cuenta de que es la realidad".

De hecho, su travesía tiene todos los ingredientes de un cuento de hadas... a un ritmo acelerado.

Tras conocer la primera edición de La Maestra, hizo todo lo posible por participar en este concurso internacional de directores de orquesta organizado por la Filarmónica de París y la Orquesta Paris-Mozart.

"Quería participar en este concurso a toda costa", dice. "Para pagar los 150 euros de la inscripción, vendí fruta en los mercados de mi pueblo, en el estado de Yaracuy. Este concurso dio un giro a mi vida en pocos días".

La joven no ganó el primer premio, pero impresionó a Claire Gibault, directora de la Orquesta Paris-Mozart

"La descubrí en vídeos. Me fascinó inmediatamente su energía y su carisma", dice la organizadora del concurso.

La directora de orquesta se propuso entonces llevar a su joven colega a París el pasado mes de septiembre, en un momento en que el espacio aéreo de Venezuela estaba cerrado debido a la crisis sanitaria.

La embajada francesa en Caracas se movilizó, le ofreció un visado y le encontró un vuelo humanitario hacia Madrid. "Era la primera vez que volaba fuera de su país", recuerda Claire Gibault. "Es un hermoso cuento de hadas moderno".

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