Las versiones adultas de los chupetes están de moda en estos momentos, con un número creciente de usuarios de las redes sociales que adoptan la tendencia viral para lidiar con el estrés de la vida cotidiana. Qué dicen los expertos? ¿Nos equivocamos al juzgarles?
Chupete, chupón, tetina, tetilla... llámalos como quieras. Estos objetos de goma, plástico o silicona están en boga. Y ya no son sólo para los más pequeños. La última moda que se está extendiendo por internet son los chupetes para adultos.
Antes de empezar a gritar a los cuatro vientos que si estamos retrocediendo como especie o que si estamos empeñados en refutar el darwinismo, merece la pena dejar claro que esta moda tiene sus raíces en algo más serio que una mera tendencia pasajera o en una necesidad de llamar la atención.
Todo comenzó con algunos adultos estresados en China, que empezaron a publicar en internet que recurrían a chupetes para adultos para aliviar su estrés y ansiedad. A principios de agosto, el 'South China Morning Post' informaba de que los adultos chinos compraban chupetes para adultos -más grandes que el chupete infantil medio- de hasta 60 euros y algunos minoristas afirmaban incluso que vendían más de 2.000 al mes. Además, plataformas de comercio electrónico como Taobao y JD.com han registrado un aumento de los anuncios de chupetes para adultos.
Al igual que los Labubus, esta moda aparentemente inofensiva se ha extendido como la pólvora, cruzando fronteras hasta Europa y Estados Unidos, donde los fans de los chupetes para adultos los describen como "relajantes" y "seguros".
Algunos incluso empezaron a afirmar que los chupetes para adultos les ayuda a combatir la apnea del sueño. Algunos usuarios de TikTok succionan sus chupetes en periodos de estrés, antes de reuniones profesionales, en horas punta de tráfico, cuando se enfrentan al pavor existencial que provocan las noticias preocupantes y siempre que se enfrentan a la angustiosa sonrisa de un Labubu... ¿qué esto último es solo cosa nuestra? Vale, sí, seguid mintiéndoos. Tienen los ojos fríos y muertos de un asesino.
Sin embargo, teniendo en cuenta el precio de la terapia o el aumento de los precios de los cigarrillos en estos días, ¿puedes culpar a los que abrazan un chupete? Además, para dejar de fumar, ¿por qué no probar cualquier cosa que ayude, aunque aferrarse a un chupete te haga parecer... bueno, un poco tonto? Entonces, ¿se ha descifrado el código para el alivio definitivo del estrés? Puede que sí, pero quizá no. Los chupetes de silicona no son del agrado de los profesionales de la Medicina, que advierten contra esta tendencia viral.
El doctor Tang Caomin, dentista de Chengdu, provincia de Sichuan, en el suroeste de China, advirtió a 'SCMP' de que "si se duerme con un chupete en la boca, puede interferir en la respiración y, en el peor de los casos, existe riesgo de asfixia". El médico también advirtió de que su uso prolongado puede alterar el sueño, además de provocar problemas bucales, como tensión en la mandíbula, desalineación de los dientes e infecciones.
"Los vendedores restan importancia intencionadamente al daño potencial que los chupetes pueden causar en la boca de los consumidores. Al mamar el chupete más de tres horas al día, la posición de los dientes puede cambiar al cabo de un año", afirma Tang.
Yendo un paso más allá, la Federación francesa de ortodoncia (FFO) ha declarado que, contrariamente a la creencia popular, "los supuestos beneficios como el alivio del dolor, la reducción del estrés o la ayuda para dejar de fumar, se basan únicamente en testimonios aislados y son un efecto placebo sin base científica demostrada".
El doctor David Couchat, portavoz de la FFO, declaró al medio francés 'L'Express': "Es sencillamente absurdo, y lo digo sin ningún juicio moral. Las redes sociales están llenas de recomendaciones extravagantes, que es su principal peligro, pero francamente, no esperábamos tales excesos".
Varias organizaciones sanitarias han aconsejado a los usuarios de las redes sociales que sucumben a esta tendencia que busquen otras soluciones a través de consultas con profesionales médicos. Además, los psicólogos han expresado su preocupación por esta tendencia, argumentando que al confiar en los chupetes, los adultos pueden estar evitando las causas subyacentes de su ansiedad.
De hecho, este supuesto alivio -como muchas otras cosas- tiene sus raíces en la psicología: la regresión, un tipo de mecanismo de defensa caracterizado por impulsos inadecuados para la edad que comunican angustia. En otras palabras, muchos afrontan las emociones y los factores estresantes cotidianos recurriendo a comportamientos asociados a una etapa anterior del desarrollo vital; en este caso, la seguridad de la infancia.
O, si es usted un gran estudioso de Sigmund Freud, esta necesidad de mamar se remonta a la fijación oral, es decir, el mecanismo de afrontamiento que denota la concentración de un individuo en actividades orales como chupar, morder y comer. No vamos a entrar en las ideas freudianas sobre cómo estas fijaciones se deben a problemas no resueltos en etapas anteriores del desarrollo psicológico, porque si no estaríamos aquí todo el día. Todo el mes. Quizás, toda la vida.
Pero como era de esperar, a la mayoría de los usuarios no les preocupa el drama dental y siguen defendiendo el uso de chupetes para adultos. En la sección de comentarios de la cuenta de TikTok de @thebentist, un usuario juraba: "Yo uso un chupete de adulto y no me ha movido los dientes; llevo usándolos 4 años". Lo entendemos. La vida no siempre es fácil, así que lleva tus vendas emocionales hasta donde puedas.
El estrés es una bestia que hay que domar a diario; sobre todo hoy en día, cuando nos enfrentamos a recordatorios diarios de que vivimos en lo que parece un mundo irrevocablemente dividido; enfrentados a una cultura en la que el discurso civilizado parece cosa del pasado; alterados por gente que degrada los puntos de vista que no coinciden con sus propias opiniones; frustrados por quienes dan lecciones bienintencionadas, pero salvajemente condescendientes sobre cómo debemos y no debemos actuar; paralizado por los precios desorbitados que hacen prohibitivas ciertas aficiones o actividades para reducir la ansiedad; triste por tener que despedirte de maestros de la dirección y leyendas de la interpretación; y preocupado por la sensación sigilosa de que 'Avengers: Doomsday' pueda acabar siendo una mierda... ¡No empieces a rodar una película el guión acabado, Marvel!
Teniendo en cuenta estos elementos -y muchos más que llevarían la escala de estrés a límites insoportables-, este sorprendente fenómeno de consumo puede suscitar la pregunta: ¿Realmente hace daño el darle al chupete? Y en cuanto a las implicaciones freudianas, basta con mirar la forma de los cigarrillos electrónicos, y díganos que ahí no hay un denominador común estético/gestual...
Un chupete para adultos puede parecer el menor de los males cuando se trata de hacer frente a un agotamiento inminente y, al fin y al cabo, la forma en que afrontas tu estrés es asunto tuyo. Además, esta solución rápida y cada vez más de moda es, en última instancia, un triste síntoma de la creciente fragilidad emocional. Y antes de que los críticos que lean esta frase empiecen a utilizar términos patéticos como 'woke' o 'delicaditos de la Generación Z', harían bien en tomarse un momento para considerar sus propias rutinas y mecanismos de afrontamiento y su potencial para el escarnio.
Nadie discute que esta tendencia reciente no raye el esperpento; pero mientras los usuarios de chupetes para adultos no transformen sus dientes en cementerios decrépitos por largas horas de succión o ignoren el hecho de que su tetina es un consuelo temporal que puede enmascarar problemas emocionales más profundos, los verdaderos tontos son los que dejan que llegue a esto. No cabe duda de que existen estrategias para afrontar los problemas más sanas. Pero lo que sea con tal de llegar al final del día. Y, por cierto, ¿vapeamos?