El hallazgo de un antiguo puerto sumergido podría llevar a la arqueóloga dominicana Kathleen Martínez a desvelar el secreto milenario de la última faraona egipcia
Para todo aquel que sea fanático de los descubrimientos arqueológicos, el nombre de Taposiris Magna no resulta indiferente. Esta ciudad, situada al oeste de Alejandría, podría ser la protagonista de uno de los mayores descubrimientos de la historia de la arqueología egipcia y uno de los más relevantes en la historia de la humanidad.
Todo se debe a los trabajos de la arqueóloga dominicana Kathleen Martínez quien, junto a su equipo, ha desvelado la existencia de un antiguo puerto sumergido conectado con el templo de Taposiris Magna, donde podrían encontrarse los restos fúnebres de Cleopatra y de su amante Marco Antonio.
Para la arqueóloga, esta conexión entre el puerto y el templo es clave, ya que sugiere el modo en el que los cuerpos y las ofrendas podrían haber sido trasladados de manera ceremonial desde los barcos hasta el interior de la sofisticada estructura, en la que Martínez ya descubrió anteriormente un túnel de más de 1.300 metros.
Un nuevo nivel de evidencia
Esta sofisticada estructura subterránea añadía un nuevo nivel de evidencia a las investigaciones, pues en su momento habría servido para conectar el templo con la costa y así haber permitido el traslado secreto del cuerpo de Cleopatra quien, según cuentan las leyendas, se suicidó con una serpiente venenosa cuando las tropas del general Octavio invadieronEgipto.
La historia sitúa a Cleopatra como una estratega orgullosa y dispuesta a cualquier método antes de dejar su cuerpo a merced de los romanos. Por ello, la teoría apoyada por Martínez sugiere que podría haber planeado un entierro discreto junto a Marco Antonio en lugar de haber elegido descansar junto a su corte en Alejandría.
Además, Taposiris Magna, aunque hoy parece un sitio remoto, fue en tiempos del esplendor de Egipto un importante centro activo de culto y ritual. Por ello, la elección de este lugar por Cleopatra —en lugar de su corte en Alejandría, más vulnerable a la vigilancia romana— refleja una estrategia que combina seguridad, simbolismo y cercanía al mar, elementos que encajan con la historia conocida de la reina y su inteligencia para las relaciones políticas.
Un arduo empeño
Por todo ello, el templo de Taposiris Magna "tenía todas las condiciones para ser elegido por Cleopatra para ser enterrada", asegura Kathleen Martínez en el documental 'El último secreto de Cleopatra', estrenado en Disney+, donde se detalla el proceso llevado a cabo por la investigadora latinoamericana en su arduo empeño por desvelar el misterioso paradero de la reina faraona.
A los elementos teóricos —apoyados no solo en leyendas sino también en estudios y documentos sobre el carácter de Cleopatra— se suman las técnicas modernas empleadas por la arqueóloga: mapeo submarino, análisis geofísico y colaboración con expertos internacionales, incluido Robert Ballard, reconocido por sus exploraciones submarinas y por haber descubierto los restos del Titanic en 1985.
Enfrentar el escepticismo
No obstante, no todos los especialistas comparten la visión de Martínez. Algunos arqueólogos señalan que, aunque los restos del puerto y el túnel son evidencias interesantes, aún no se ha encontrado una cámara funeraria, ni tampoco inscripciones que confirmen la presencia de Cleopatra. A pesar de ello la arqueóloga, consciente del escepticismo, sigue confiando en que la combinación de hallazgos terrestres y submarinos permitirá reconstruir la ruta de un entierro que, según esta especialista, fue cuidadosamente planificado.
Martínez lleva más de quince años tras la pista de este enigma. Su interés por Cleopatra nació en la infancia, en República Dominicana, cuando surgió su fascinación por la inteligencia, la audacia y la estrategia de la última faraona del Egipto ptolemaico. Esa pasión la llevó a Taposiris Magna, un templo a unos treinta kilómetros de Alejandría dedicado a Isis, la diosa de la magia y la vida después de la muerte. Allí comenzó a encontrar pistas que parecían confirmar la hipótesis de un enterramiento real: tumbas grecorromanas, monedas con el rostro de Cleopatra, momias con lenguas de oro y otros objetos rituales que indicaban que el templo no era solo un espacio de culto, sino un centro funerario de importancia política y ceremonial.
Ahora, con cada nuevo hallazgo, los indicios comienzan a formar un conjunto coherente. El puerto sumergido, el túnel, las tumbas y los objetos recuperados refuerzan la posibilidad de que Martínez esté cerca de localizar la tumba. Su empeño y pasión por la arqueología, unido a la meticulosidad de sus investigaciones, podrían convertirla en la responsable de uno de los descubrimientos más importantes de la historia moderna, resolviendo un misterio que ha durado más de dos mil años.