La sofisticada desinformación sobre el cambio climático amenaza el esfuerzo global por contenerlo

La difusión de desinformación climática se está volviendo cada vez más sofisticada
La difusión de desinformación climática se está volviendo cada vez más sofisticada Derechos de autor Canva
Por Rosie Frost
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A medida que avanza nuestra comprensión de la crisis climática y el consenso científico se vuelve cada vez más unánime, las formas en que los que no quieren el cambio comparten sus mensajes se han vuelto más sofisticadas.

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Para limitar el calentamiento global a 1,5 ºC necesitamos acción urgente, pero la difusión de desinformación climática online podría estar frenando los esfuerzos mundiales por contenerlo.

Pero, ¿cómo definimos la desinformación climática? A medida que avanza nuestra comprensión de la crisis climática y el consenso científico se vuelve cada vez más unánime, las formas de compartir sus mensajes de los que no quieren el cambio se han vuelto más sofisticadas.

Entre enero y octubre de este año, Stop Funding Heat encontró 113 anuncios en Facebook con mensajes como "el cambio climático es un bulo". Se calcula que se gastaron entre 50.000 y 65.000 euros en estos anuncios.

Y no sólo los anuncios engañosos están causando problemas. Según otro estudio reciente, las grandes marcas gastan 2.600 millones de dólares (2.300 millones de euros) al año en publicidad en sitios web que difunden información errónea sobre diversos temas, incluido el cambio climático.

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Los nuevos estrategas de los lobbies vuelcan sus esfuerzos en las redes socialesPixabay

"Es una industria multimillonaria que, por desgracia, se financia a través de la publicidad y prolifera en nuestros espacios online, incluidas las plataformas de las redes sociales que todos utilizamos", explica a Euronews Green Harriet Kingaby, cofundadora de la Red de Publicidad Consciente (CAN, por Conscious Advertising Network). "Durante años, hemos intentado crear una acción climática. Y durante años, hemos tenido que luchar contra personas que causan confusión y provocan dudas".

La organización Influence Map ha estimado que las petroleras gastaron 574.000 dólares en publicidad en Estados Unidos durante la COP26 solo en la red social Facebook. Con un impacto de 22,6 millones de visitas.

Del negacionismo a la política del retraso de la acción climática

Para los que estamos en las redes sociales, los mensajes de negación absoluta del clima se han vuelto relativamente fáciles de detectar. Pero, a medida que la ciencia en torno al cambio climático se hace más concreta, la desinformación evoluciona y se hace más difícil de identificar.

"Hemos visto un cambio en los mensajes de negación -como repetir que el cambio climático es un engaño, que no está sucediendo- hacia mensajes para retrasar la acción mucho más sofisticados", explica Kingaby.

"Esto pasa por sugerir que no debemos actuar hasta que otro país lo haga, o sugerir que no necesitamos actuar de inmediato, o incluso sugerir que el cambio climático no tiene solución, por ejemplo".

Los científicos han identificado cuatro de las vertientes más comunes de esta estrategia del "retraso": redirigir la responsabilidad, impulsar soluciones no transformadoras, hacer hincapié en los inconvenientes de la acción y, por último, rendirse: la idea de que no es posible evitar el cambio climático.

Según el estudio, a medida que la conversación pública en torno a la crisis actual cambia rápidamente, también lo hace el abanico de argumentos utilizados para intentar evitar la acción.

Reconocer la amenaza

Durante la COP26, el Instituto de Diálogo Estratégico y más de 10 organizaciones climáticas hicieron un seguimiento diario de la desinformación. Descubrieron que el contenido en línea era cada vez más extremo en todos los ámbitos, desde "guerras culturales" hasta conspiraciones, pseudociencia y "negación descarada".

El Índice Global de Desinformación también descubrió que, cada vez que se hacía un anuncio durante los preparativos de la conferencia sobre el clima, aumentaba la cantidad de desinformación que se compartía en Internet.

Para que un evento como la COP26 dé lugar a una acción significativa, la gente tiene que entender las soluciones y apoyarlas, lo cual es imposible cuando se pone en duda la ciencia o se ofrecen soluciones falsas que no abordan las causas del problema.

"La desinformación sobre el clima socava esencialmente todo lo que se está avanzando", afirma Kingaby.

Por ello, CAN, junto con otros 250 firmantes, entre los que se encuentran grupos como Avaaz, WWF y el Centro para Contrarrestar el Odio Digital, han escrito una carta abierta a la ONU en la que pide que se actúe contra la desinformación climática.

La carta abierta pide a los líderes mundiales y a las plataformas de medios sociales que adopten una definición clara de lo que es realmente la desinformación y en particular la desinformación climática, para que el problema pueda ser identificado y tratado.

Una definición de la desinformación climática

"Hace unos años, la Universidad de Harvard realizó un estudio que sugería que la desinformación vuela por nuestros espacios sociales seis veces más rápido que la verdad", afirma Kingaby.

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"A menudo se presenta en formas que sugieren que vamos a perder algo".

Sin embargo, eso no significa que no haya espacio para más de una opinión. Proteger el derecho a la libertad de expresión es importante, pero, como dice Kingaby, no hay derecho a cobrar por cosas cuando superan algunos límites.

Si la veracidad pierde todo su valor, también se daña la libertad de expresión.
Harriet Kingaby
Cofundadora de la Red de Publicidad Consciente (CAN)

"Con el espacio que ocupa la desinformación climática, en realidad, si nos inventamos todo sobre la marcha, también se daña la libertad de expresión".

Explica que, por esta razón, las definiciones son realmente importantes para delimitar lo que es aceptable y lo que no. La ONU, por ejemplo, ya ha creado una definición de discurso de odio que nos permite identificar el tipo de contenido que puede causar daños en el mundo real.

Tener una definición trazaría esa línea entre lo que es aceptable y lo que no lo es. CAN ha trabajado con organizaciones y expertos en clima para crear una definición y ahora espera que la ONU y las plataformas tecnológicas la adopten.

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Acabar con la desinformación es posible

Un gigante de la tecnología ya está escuchando lo que CAN tiene que decir sobre el tema.

"A principios de este año, Google hizo un anuncio y creó una política de desinformación sobre el clima. Y nosotros trabajamos con ellos en eso", explica Kingaby.

La compañía anunció una nueva política desarrollada junto con el grupo que "prohíbe los anuncios y la monetización de contenidos que contradigan la existencia y las causas del cambio climático".

Rosie Frost/Euronews
Un cartel en el exterior de la COP26: "La vida humana está sobrevalorada. Apoya el calentamiento global"Rosie Frost/Euronews

Esto se produce después de que muchas empresas tecnológicas y de redes sociales tomaran medidas contra la desinformación en torno a la COVID-19, añadiendo hechos contrastados en las publicaciones sobre las vacunas y la pandemia. CAN cree que esto sienta un precedente para lo que podrían hacer con la información sobre el cambio climático.

"Sabemos que es posible", añade la cofundadora de CAN.

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"Lo que realmente queremos es que otras organizaciones vean esto como un precedente y digan, oye, se ha hecho, oye, nosotros también podemos hacerlo. Y creemos que, si eso ocurre, podemos crear algo realmente bueno".

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