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Lo que el "histórico" huracán Helene nos dice sobre cómo el cambio climático potencia la intensidad de las tormentas

Propietarios y empleados del restaurante Roy's inspeccionan el negocio, destruido por la marejada ciclónica, tras el paso del huracán Helene por Florida.
Propietarios y empleados del restaurante Roy's inspeccionan el negocio, destruido por la marejada ciclónica, tras el paso del huracán Helene por Florida. Derechos de autor  AP Photo/Gerald Herbert
Derechos de autor AP Photo/Gerald Herbert
Por Rosie Frost
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Helene es el octavo huracán atlántico de categoría 4 o 5 que toca tierra en EE.UU. en los últimos ocho años. Es el mismo número de huracanes intensos que han azotado el país en los últimos 57 años.

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Comunidades de todo el sureste de EE.UU. se tambalean por los efectos del huracán Helene, que puede ser una de las catástrofes más devastadoras registradas en el país. El fenómeno, de categoría 4, tocó tierra el jueves por la noche en la región rural de Big Bend, en Florida, con vientos de 225 km/h.

Se trata del huracán más potente registrado en esta región. Después se debilitó hasta convertirse en tormenta tropical, mientras avanzaba hacia el norte por los estados de Georgia, las Carolinas y Tennessee.

Según las autoridades locales, al menos 116 personas han muerto a causa de Helene, y cientos más siguen desaparecidas. Temen que se vayan descubriendo más cadáveres según prosigan las labores de rescate. El gobernador de Georgia, Brian Kemp, dijo que el estado había quedado como si hubiera estallado "una bomba".

El hospital de Unicoi County sufrió daños por las inundaciones provocadas por el huracán Helene en Erwin, Tennessee.
El hospital de Unicoi County sufrió daños por las inundaciones provocadas por el huracán Helene en Erwin, Tennessee. AP Photo/George Walker IV

La mayoría de las muertes confirmadas hasta ahora se han producido en Carolina del Norte y del Sur, donde las fuertes lluvias provocaron inundaciones y corrimientos de tierra devastadores. Millones de personas se han quedado sin electricidad en toda la región.

Ciudades enteras han quedado completamente aisladas en el oeste de Carolina del Norte y el este de Tennessee tras el paso de las aguas, que se han llevado por delante puentes y carreteras importantes. El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, declaró que la tormenta había provocado "una devastación catastrófica... de proporciones históricas".

Aunque el cambio climático no fue necesariamente la causa del huracán Helene, las investigaciones sugieren que puede estar sobrealimentando tormentas como ésta, ya que los expertos predicen un número récord de fuertes tormentas al comienzo de la temporada.

Tormentas más fuertes con lluvias más mortíferas

La Agencia Federal para la Gestión de Emergencias de EE.UU. (FEMA) ha relacionado los graves efectos del huracán Helene con el cambio climático. "Esta tormenta tardó en desarrollarse, pero una vez que lo hizo se intensificó muy rápidamente, y eso se debe a las aguas cálidas del Golfo, que están creando más tormentas que alcanzan este nivel de categoría mayor", dijo la administradora de la FEMA, Deanne Criswell a la 'CBS'.

Las altas temperaturas en el Golfo, dijo, están generando condiciones que condujeron a "daños significativos en la infraestructura" a través de múltiples estados. La administradora de FEMA señaló que una marejada ciclónica de 4,5 metros había golpeado donde Helene llegó a tierra y en zonas occidentales de Carolina del Norte cayeron casi 75 cm de lluvia.

En el pasado, los daños causados por los huracanes eran sobre todo por el viento, pero ahora estamos viendo muchos más daños por el agua y eso es consecuencia de las aguas cálidas, que son resultado del cambio climático.
Deanne Criswell
Administradora de FEMA

"En el pasado, los daños causados por los huracanes eran sobre todo por el viento, pero ahora estamos viendo muchos más daños por el agua y eso es consecuencia de las aguas cálidas, que son resultado del cambio climático", dijo Criswell. Añadió que no sabía si alguien podía estar totalmente preparado para el nivel de inundaciones y corrimientos de tierra que estaba experimentando Carolina del Norte.

¿Qué está haciendo el cambio climático con los huracanes?

Aunque tendemos a prestar más atención a la velocidad del viento de un huracán, caracterizada por la escala Saffir-Simpson, que les da su categoría, no siempre es la consecuencia más dañina de este tipo de fenómenos.

Muchos factores distintos -como el calor oceánico, los vientos, la presión y el aire húmedo- determinan la fuerza y las características de un huracán. Esto puede dificultar la medición precisa del impacto del cambio climático, pero hay algunas cosas que sabemos con certeza.

1. Más calor significa más combustible para las tormentas

Estas enormes tormentas se alimentan del calor del océano, convirtiéndolo en energía cinética en forma de viento. Una mayor temperatura de los océanos significa más combustible para los motores de las tormentas. Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, es probable que la proporción de huracanes de las categorías 4 y 5, las más intensas, aumente con el calentamiento del planeta.

Helene es el octavo huracán atlántico de categoría 4 o 5 que toca tierra en EE.UU. en los últimos ocho años. Es el mismo número de huracanes intensos que han azotado el país en los últimos 57 años. Las temperaturas de la superficie del mar a lo largo del recorrido de Helene por el Caribe y el Golfo de México fueron entre 1 y 2ºC superiores a la media, según datos de la Vigilancia de Arrecifes de Coral de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA).

Un puente dañado e inundaciones en el río Nolichucky tras el paso del huracán Helene por Tennessee.
Un puente dañado e inundaciones en el río Nolichucky tras el paso del huracán Helene por Tennessee. AP Photo/George Walker IV

2. Un mundo más cálido significa más lluvia

Los científicos están convencidos de que el cambio climático hará que tormentas como ésta también dejen caer más lluvia. Por cada 1ºC que se calienta la atmósfera, puede retener un 7% más de humedad, y más humedad en el aire implica más precipitaciones.

Los modelos científicos predicen un aumento de entre el 10% y el 15% de las precipitaciones de media en un radio de 100 kilómetros de los huracanes si el mundo se calienta 2ºC. Además, a medida que las tormentas se hacen más fuertes, no se disipan tan rápidamente, lo que significa que pueden llegar más tierra adentro y dejar caer la lluvia en lugares que no están preparados.

3. Más tormentas que se intensifican rápidamente

Los científicos creen que el cambio climático también está provocando que los huracanes que se intensifican rápidamente antes de tocar tierra, como Helene, sean cada vez más frecuentes. Estas tormentas son peligrosas porque pueden coger desprevenidos a los meteorólogos y dar a las poblaciones locales menos tiempo para prepararse o evacuar.

Helene pasó de tormenta de categoría 1 a tormenta de categoría 4 en menos de un día. Es una de las 10 tormentas que desde 1950 se han fortalecido unos 65 km/h en las 24 horas anteriores a tocar tierra. Cinco de esas 10 tormentas han tocado tierra en los últimos siete años.

4. El aumento del nivel del mar empeora las mareas de tempestad

La marejada ciclónica de Helene batió récords históricos en muchas estaciones de medición de la costa oeste de Florida. El aumento del nivel del mar contribuyó a que se batieran estos récords y se ha acelerado en la última década a lo largo de la costa de Florida. La ciudad de San Petersburgo, por ejemplo, ha experimentado una subida media de 7 milímetros al año.

Grupos de trabajadores limpian las toneladas de arena y escombros que el huracán Helene dejó en Gulf Boulevard.
Grupos de trabajadores limpian las toneladas de arena y escombros que el huracán Helene dejó en Gulf Boulevard. Luis Santana/Tampa Bay Times via AP

Un punto de partida más alto, sumado a vientos más fuertes, significa una marejada ciclónica más alta, que trae más destrucción a las comunidades costeras.

¿Qué ha ocurrido este año durante la temporada de huracanes?

A pesar de las previsiones de un año récord, esta temporada de huracanes ha sido muy tranquila. Los expertos predijeron que habría entre 17 y 24 tormentas, de las cuales entre 8 y 13 se convertirían en huracanes.

En julio, Beryl, de categoría 5, arrasó el Caribe y EE.UU. matando a decenas de personas. Al ser la primera tormenta de su tamaño jamás registrada, muchos creyeron que era una señal de lo que vendría en la temporada de tormentas atlánticas de este año.

Pero después de Beryl, la situación ha sido relativamente tranquila hasta la llegada de Helene. Hasta ahora, los números han estado ligeramente por debajo de la media, con 10 tormentas con nombre y seis huracanes a dos meses del final de la temporada.

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