Un nuevo informe advierte de que las mujeres soportan una carga desigual en los fenómenos meteorológicos extremos más mortíferos del mundo.
Los fenómenos meteorológicos extremos de este año han golpeado con más dureza a los colectivos marginados, mientras los expertos reclaman una transición urgente para abandonar los combustibles fósiles.
Un nuevo informe de impacto de World Weather Attribution (WWA) analiza 22 desastres alimentados por el clima en los últimos 12 meses y advierte de que las emisiones que atrapan el calor están impulsando el aumento de las temperaturas globales y alimentando episodios meteorológicos destructivos en todos los continentes.
Aunque 2025 no batirá el récord global de calor de 2024, el informe identifica el calor extremo como una de las formas más mortíferas de tiempo extremo. Mientras las inundaciones y las tormentas dejan un rastro de destrucción física, el calor extremo es un asesino silencioso, se cobró la vida de más de 24.000 europeos este verano. Se cree que el número real de fallecidos es mucho mayor, ya que la gran mayoría de las muertes se atribuye a patologías previas y no al calor.
Cómo afecta el calor extremo a las mujeres
En febrero, una ola de calor severa golpeó Sudán del Sur, provocó que decenas de niños se desmayaran por golpes de calor y llevó al cierre de las escuelas durante dos semanas. Se pidió a la población permanecer en interiores y mantenerse hidratada, pero muchas viviendas en el país están cubiertas con techos de chapa y carecen de refrigeración, electricidad o acceso a agua potable.
El estudio de WWA concluye que el cambio climático de origen humano hizo esta ola de calor 4ºC más intensa y que la quema de carbón, petróleo y gas ha "transformado lo que antes era un fenómeno excepcionalmente raro en uno habitual", que ahora se espera cada dos años.
Las temperaturas intensas, que en algunos días superaron los 40ºC, afectaron de forma desproporcionada a las mujeres, la mayoría de las cuales trabaja en la agricultura u otras ocupaciones con alta exposición al calor, como la venta ambulante.
Según WWA, las mujeres en Sudán del Sur dedican alrededor del 60% de su tiempo a trabajos de cuidados no remunerados, como ir a por agua y cocinar en entornos extremadamente calurosos, lo que conlleva riesgos de efectos a largo plazo sobre la salud, como sobrecarga cardiovascular, daño renal y mayor vulnerabilidad al golpe de calor.
"La educación se ve gravemente afectada por el calor extremo", señala el informe. "Los cierres prolongados de escuelas aumentan la probabilidad de pérdida de aprendizaje, refuerzan expectativas domésticas de género y elevan el riesgo de matrimonios precoces, lo que dificulta el regreso a las aulas para las niñas."
¿Debe cambiar la evidencia con la que analizamos el clima?
WWA constata que, a escala global, las mujeres soportan una carga desigual que a menudo aumenta su riesgo ante temperaturas peligrosamente altas. Sin embargo, la desigualdad va mucho más allá y se filtra incluso en la propia base de pruebas científicas.
Muchos de los estudios de WWA en 2025 se centraron en episodios de lluvias intensas en el llamado Sur Global, un término que agrupa a países de África, Asia, América Latina y Oceanía (no incluye Australia y Nueva Zelanda) y que suele referirse a naciones en desarrollo o menos desarrolladas.
En general, estos países son más pobres que las naciones de Norteamérica y Europa, registran mayores niveles de desigualdad de ingresos y tienen una esperanza de vida más baja.
Los científicos detectaron de forma reiterada lagunas en los datos observacionales y sostienen que la dependencia de modelos climáticos desarrollados principalmente para el Norte Global les impidió sacar conclusiones sólidas. "Esta base desigual en la ciencia del clima refleja las injusticias más amplias de la crisis climática", añade el informe.
Una transición para abandonar los combustibles fósiles
WWA reclama una transición urgente para abandonar los combustibles fósiles y más inversión en medidas de adaptación que ayuden a combatir la creciente frecuencia de fenómenos extremos.
Está ampliamente aceptado que los combustibles fósiles son el principal motor del calentamiento global, representan alrededor del 68% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y casi el 90% de todas las emisiones de dióxido de carbono.
WWA señala que la adaptación a desastres climáticos tiene a veces límites. "Cuando una tormenta intensa golpea islas pequeñas como Jamaica y otros países del Caribe, incluso niveles relativamente altos de preparación no pueden evitar pérdidas y daños extremos", añade el informe.
"Esto subraya que la adaptación por sí sola no basta, reducciones rápidas de emisiones siguen siendo esenciales para evitar los peores impactos del cambio climático."