Definir un calendario para el fin de los combustibles fósiles es el asunto más espinoso de la COP30. Más de 80 países, incluida la UE, presionan por una hoja de ruta clara, mientras naciones productoras de petróleo y EE.UU. mantienen una postura ambigua.
El abandono de los combustibles fósiles se está convirtiendo rápidamente en uno de los puntos álgidos de la COP30, mientras unas negociaciones encendidas encaran su recta final.
Pese al aumento de la inversión en el sector de la energía limpia, los expertos advierten de que el avance hacia un futuro sin combustibles fósiles no está siendo lo suficientemente rápido y las emisiones globales siguen aumentando.
Sin embargo, elaborar una hoja de ruta que gestione la transición de manera justa, que aborde el acceso a la energía y la dependencia económica, está resultando un reto. Entonces, ¿logrará por fin la COP30 establecer una hoja de ruta?
Calendario para poner fin a los combustibles fósiles
En la COP28 de Dubái, casi 200 países acordaron iniciar la transición para abandonar los combustibles fósiles en los sistemas energéticos de manera "justa, ordenada y equitativa" para alcanzar el cero neto en 2050, aunque no se les obligó a adoptar medidas concretas.
Fue el primer texto de una COP que mencionaba un cambio global para dejar de usar combustibles fósiles, pero los avances se frenaron en la COP29 en Azerbaiyán cuando las partes no lograron ponerse de acuerdo sobre incluir referencias claras a cómo se haría.
Esto desató la indignación de los ecologistas, que sostienen que los países dependientes de los combustibles fósiles estaban dando marcha atrás respecto a lo ya discutido.
Por ello, fijar una hoja de ruta para la energía limpia se ha convertido en uno de los asuntos más controvertidos de la COP30, y el tiempo se agota rápidamente para un acuerdo final en Belém.
¿Podrá la COP30 acordar una hoja de ruta para abandonar los combustibles fósiles?
Ayer (19 de noviembre), el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva volvió a situar una hoja de ruta para abandonar los combustibles fósiles en el epicentro de las negociaciones climáticas.
"Tenemos que demostrar a la sociedad que lo queremos sin imponer nada a nadie, sin fijar plazos, para que cada país decida lo que puede hacer en su tiempo y según sus posibilidades", dijo.
Lula añadió que el mundo tiene que reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y concluyó: "Tenemos que empezar a pensar cómo vivir sin combustibles fósiles".
Aunque la eliminación de los combustibles fósiles no figuraba inicialmente en la agenda oficial de COP30, el impulso político en torno a esta cuestión ha ido creciendo a medida que avanzaba la cumbre.
El 18 de noviembre, ministros de más de 20 países convocaron una rueda de prensa, encabezada por Dinamarca, para pedir conjuntamente que el acuerdo final de la cumbre incluya el compromiso de elaborar una hoja de ruta para abandonar los combustibles fósiles.
Hasta ahora, la coalición abarca más de 80 países, entre ellos industrializados como el Reino Unido, Alemania y los Países Bajos y en desarrollo como Colombia, Kenia y los vulnerables Estados insulares del Pacífico.
¿Cuál es la posición de Europa?
Entre los apoyos actuales a la hoja de ruta figuran numerosos países europeos como Bélgica, Croacia, la República Checa, Dinamarca, Estonia, Francia, Alemania, Grecia, los Países Bajos, Portugal, España y Suecia.
En una rueda de prensa el miércoles, el comisario europeo de Acción por el Clima, Wopke Hoekstra, instó a las partes a reforzar la ambición y advirtió de que nos acercamos peligrosamente a puntos de no retorno destructivos. "Nos gusta mucho", dijo sobre la hoja de ruta propuesta, "cómo la llamemos, hoja de ruta u otra fórmula, es secundario".
Aunque aún no ha respaldado oficialmente la hoja de ruta, la UE ha presentado una propuesta que plantea poner en marcha en la COP30 una hoja de ruta energética más amplia que incluye el abandono de los combustibles fósiles.
Solicita que las presidencias actual y entrante de la COP desarrollen de manera continua la hoja de ruta y presenten un informe anual de síntesis. También anima a todas las partes a acelerar la aplicación de los esfuerzos globales del resultado de la COP28, en consonancia con el Acuerdo de París.
El Reino Unido también se ha mostrado firme en el apoyo a una hoja de ruta para abandonar los combustibles fósiles. En Belém, el martes, Ed Miliband, secretario de Estado británico de Energía y Cambio Climático, sostuvo que el asunto no puede meterse bajo la alfombra. "Tenemos la oportunidad de hacer de la COP30 el momento en que impulsemos lo acordado en la COP28", añadió.
"Las decisiones que estamos tomando en el Reino Unido de no otorgar nuevas licencias de petróleo y gas tienen que ver con el clima, la seguridad energética y los costes. La opción más segura para nosotros son las renovables baratas y limpias". Muchos países sudamericanos como Chile, Colombia, Perú y Brasil han apoyado la hoja de ruta, al igual que naciones de Oceanía y el Caribe.
¿Qué países es probable que se opongan?
Aunque se espera que más apoyos se sumen a la petición de una hoja de ruta, está claro que no todos los países estarán a bordo. Los acuerdos se adoptan por consenso en la conferencia climática de la ONU, por lo que el acuerdo de las casi 200 partes es vital.
Estados Unidos, el mayor contribuyente histórico a las emisiones de gases de efecto invernadero globales, brilla por su ausencia en la COP30, mientras que Canadá, que sigue aprobando la expansión de los combustibles fósiles, aún no ha mostrado su apoyo.
Hay un gran vacío de apoyos en Oriente Medio, donde se teme que países ricos en combustibles fósiles como Arabia Saudí se opongan. Falta apoyo también desde Asia, mientras Japón se centra en sustituir la generación eléctrica con combustibles fósiles por alternativas descarbonizadas con hidrógeno y amoníaco. "Para el caso, bien podrían mezclar dólares con carbón y quemarlos, llamándolo biocombustible", afirma el analista energético Paul Martin.
Un imperativo de salud pública
La llamada a poner fin a los combustibles fósiles no procede solo de los ecologistas y ha sido descrita como un imperativo de salud pública por médicos, enfermeras y estudiantes de ciencias de la salud y de medicina que representan a millones de trabajadores en todo el mundo.
En una rueda de prensa en la COP30, expertos defendieron que avanzar hacia el abandono de los combustibles fósiles es la intervención de salud pública más rápida disponible para salvar vidas de un sinfín de enfermedades relacionadas con la contaminación.
Referentes del ámbito sanitario destacaron un nuevo informe titulado 'Cradle To Grave' de la Global Climate and Health Alliance, que concluye que las mujeres embarazadas expuestas a la contaminación por combustibles fósiles tienen mayor riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer y anomalías congénitas, mientras que los niños son más propensos a padecer enfermedades como el asma y las infecciones respiratorias.
"Cada año de retraso supone más ataques de asma, más emergencias cardiovasculares, más cánceres y más muertes prematuras, todas ellas evitables", advierte el Dr. Joe Vipod, expresidente de la Asociación Canadiense de Médicos por el Medio Ambiente (CAPE).
"Abandonar los combustibles fósiles no es solo una buena política climática, también es una política sanitaria que salva vidas. Cada retraso implica más enfermedad prevenible y más muertes evitables".ombustibles fósiles no es solo una buena política climática, también es una política sanitaria que salva vidas. Cada retraso implica más enfermedad prevenible y más muertes evitables".