Con el programa de asistencia alimentaria de Estados Unidos, conocido como SNAP, a punto de terminar, las despensas de alimentos de toda Nueva York se preparan para un aumento de la demanda.
En el Holy Apostles Soup Kitchen, en Manhattan, los voluntarios reparten comidas y productos de primera necesidad a cientos de personas que dependen de esta ayuda.
Muchas familias con bajos ingresos y personas mayores temen no poder comprar lo básico cuando se acaben las prestaciones.
Las organizaciones comunitarias advierten de que los recortes podrían agravar la inseguridad alimentaria, sobre todo en barrios ya vulnerables.