Un delfín apodado Mimmo se ha convertido en una estampa habitual en la laguna de Venecia y entusiasma a vecinos y turistas con sus saltos entre góndolas y 'vaporettos'.
Se cree que entró en la laguna en junio y desde entonces se le ha visto en torno a la cuenca de San Marcos, una de las zonas de navegación más transitadas de la ciudad. Aunque muchos se dejan encandilar por su presencia juguetona, expertos marinos advierten de que el lugar elegido por el delfín dista mucho de ser seguro.
El tráfico constante de embarcaciones entraña graves riesgos de lesiones o de estrés para el animal. Los grupos ecologistas han lanzado la campaña 'Salvar al delfín', que insta a residentes y visitantes a admirar a Mimmo desde la distancia.
Por ahora, el huésped más inesperado de la laguna sigue siendo un símbolo de asombro y del frágil equilibrio entre la vida salvaje y la actividad humana.