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En los estanques de esta piscifactoría experimental en Muchocin, al oeste de Polonia, cientos de esturiones reciben una dieta especial a base de proteínas procedentes de larvas e insectos.
Mateusz Rawski es zootécnico y participa en HiProMine, un proyecto europeo que desarrolla soluciones tecnológicas innovadoras produciendo proteínas a base de larvas. Para él, los insectos son la respuesta a la demanda creciente de proteínas en la alimentación animal.
"Cuando utilizamos harina de pescado, que es la fuente de proteínas más popular en la acuicultura, seguimos teniendo que capturar peces. Por cada kilo de harina de pescado hay que capturar cuatro kilos de pescado. Así que, necesitamos nuevas fuentes de proteínas para los peces que serán el alimento de los humanos en el futuro", declara Mateusz Rawski, científico de la Universidad de Ciencias de la Vida de Poznań que colabora en los proyectos de HiProMine.
Los insectos y las larvas con los que se nutre a los esturiones, en otra piscifactoría, proceden de los laboratorios de HiProMine. Las larvas necesitan de 2 a 8 semanas para desarrollarse. Durante este tiempo se alimentan de residuos biológicos. Necesitan muy poca agua y sus heces pueden reciclarse como abono. La parte más tecnológica del proyecto es un secreto bien guardado y avalado por una veintena de patentes.
El presupuesto total de los proyectos dirigidos por la empresa HiProMine es de 12,5 millones de euros; de los cuales, el 68 % corresponde a fondos de la Política de Cohesión Europea.
El biorreciclado, aliado a la tecnología, contribuye a la economía circular.
"La atención se centra en la necesidad de encontrar fuentes alternativas de proteínas, así como en la agricultura sostenible, la reducción de los residuos y el reciclaje", afirma Anna Andrzejewska, coordinadora de proyectos de HiProMine.
En esta región de Polonia no solamente los esturiones siguen una dieta a base de insectos. En una granja experimental de aves de corral, Bartosz Kierończyk participa, así mismo, en la investigación, observando los efectos de las proteínas procedentes de larvas, en los músculos y el crecimiento de las aves.
"En el transcurso de la investigación demostramos que, tanto en las aves de corral destinadas al sacrificio, me refiero a las gallinas, como en los pavos, podemos sustituir totalmente la grasa de los piensos, el aceite de soja, el aceite de palma y la grasa de aves de corral. Lo podemos hacer, añadiendo o sustituyendo por completo todo esto, por la grasa de ‘hermetia illucens’, que es la larva más común a escala industrial en Europa", señala Bartosz Kierończyk, científico de la Universidad de Ciencias de la Vida de Poznań que colabora en los proyectos de HiProMine.
Este proyecto europeo se inscribe en el llamado ‘Nuevo Pacto Verde’ para abordar la crisis financiera y el cambio climático, con propuestas ecosostenibles.