Hablamos con la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, sobre su trabajo y el de su equipo en busca de evidencias sobre crímenes de guerra.
PUBLICIDADEsta semana, Rusia ha desplegado su fuerza militar. No en Ucrania, sino en la Plaza Roja de Moscú. Un enorme desfile marcó la victoria soviética de 1945 sobre la Alemania nazi. Canalizando el orgullo ruso por su triunfo en la Segunda Guerra Mundial, Vladímir Putin trató de movilizar el apoyo público a la invasión en Ucrania, donde las fuerzas rusas están empantanadas.
El presidente culpó a Occidente y a Ucrania de la guerra, especialmente por el continuo apoyo militar que Estados Unidos y Europa prestan a los ucranianos. Al mismo tiempo, la Unión Europea celebraba el Día de Europa y Ucrania seguía presionando para ingresar rápidamente en el bloque.
Pero algunos pesos pesados de la Unión tienen otras ideas sobre una arquitectura política de posguerra. Tal es el caso de Emmanuel Macron, que hablaba de una curiosa opción durante la clausura de la Asamblea sobre el Futuro de Europa:
"Tenemos que encontrar una forma política que nos permita reunir a los Estados que comparten sus valores y que están en esta geografía, y construir juntos una coordinación política" decía el presidente de Francia. "Hablo de formas de solidaridad en materia de seguridad, que no sean las mismas que la OTAN. Son elementos de cooperación, tal vez de solidaridad, que hay que definir."
En busca de justicia
En el este de Ucrania, mientras tanto, se siguen librando feroces batallas que Rusia trata de asegurar tras haber fracasado en la toma de Kiev y el norte. Por ello, cada vez más países occidentales están reabriendo sus embajadas en la capital, entre ellos Alemania.
Su ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, viajaba esta semana a Kiev y a sus alrededores. En Bucha, convertida ya en un símbolo de las atrocidades rusas, una visiblemente emocionada Baerbock recorrió los edificios dañados por los ataque y habló con los funcionarios locales. Horrorizada, aseguró haber visto "las peores huellas del crimen" y se comprometió a lo siguiente:
"Le debemos a estas víctimas no sólo conmemorarlas, sino también llevar a los autores ante la justicia. Y eso es lo que haremos como comunidad internacional. Esa es la promesa que podemos y debemos hacer aquí en Bucha", decía Baerbock.
Cuando se trata de atrocidades y posibles crímenes de guerra, el tiempo es esencial para recoger pruebas y documentar las declaraciones de los testigos. Y esto es lo que ha estado haciendo Amnistía Internacional en las últimas semanas. Su informe, publicado hace unos días, ofrece relatos devastadores sobre las matanzas indiscriminadas de Rusia. Un material que debería apoyar las investigaciones en curso sobre posibles crímenes de guerra.
Hablamos con Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.
Euronews: Doctora Callamard, usted es una destacada experta internacional en derechos humanos y ha sido relatora especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, así que ha visto muchas cosas horribles. También ha estado sobre el terreno en Ucrania. ¿Qué es lo que destaca en este conflicto, qué ha sido lo más impactante, incluso para alguien con su experiencia?
Agnès Callamard: La dimensión más impactante de este conflicto es el hecho de que no tiene ninguna base, ninguna forma racional de explicarse. No hay ninguna justificación para la invasión, para la agresión de Rusia contra Ucrania. He visto muchos conflictos y puedes buscar las causas de raíz y encontrar siempre explicaciones. En este caso, francamente, te quedas en blanco.
Euronews: En el informe de Amnistía Internacional, usted pide que los autores de presuntos crímenes de guerra "de todas las partes" sean llevados ante la justicia. Nos preguntamos si ha encontrado pruebas que sugieran que Ucrania ha cometido crímenes de guerra.
Callamard: En este momento estamos haciendo un seguimiento de las violaciones perpetradas por Ucrania. No hay duda de que se han producido algunas de ellas. Pero la escala no es comparable a las violaciones cometidas por Rusia, y eso hay que subrayarlo y destacarlo. Las violaciones rusas incluyen un gran número de ataques indiscriminados contra civiles, contra propiedades de civiles, y eso incluye actos de tortura. E incluye también un gran número de ejecuciones extrajudiciales de personas que están retenidas en estado de sitio.
Euronews: Ucrania ha comenzado a investigar los crímenes de derecho internacional. ¿Está el sistema judicial del país preparado para tal empresa?
Callamard: Probablemente no. Creo que se trata de un gran desafío. Y nosotros, durante la misión en Ucrania, nos hemos enfrentado al hecho de que tanto las víctimas como los supervivientes tienen una demanda urgente de justicia. Sin embargo, sabemos que el sistema no podrá satisfacer todas las demandas. Los ucranianos necesitarán apoyo internacional para perseguir esos crímenes.
Euronews: ¿Está seguro de que algún día se hará justicia?
Callamard: Siempre confío en que se hará justicia. Necesitamos que las víctimas sepan que son escuchadas y reconocidas.
Malos tiempos para los diplomáticos rusos
Ya hemos hablado antes del gran desfile militar en la Plaza Roja, un punto álgido anual de la pompa política rusa, al igual que la ofrenda oficial de coronas con la que se rinde homenaje a los soldados caídos del Ejército Rojo.
PUBLICIDADEn Varsovia, Sergey Andreev, el embajador ruso en Polonia, quería hacer precisamente eso, pero teniendo en cuenta el mal momento por el que atraviesan estos días los diplomáticos rusos en el extranjero, el acto no se desarrolló como estaba previsto.
Varios manifestantes, al grito de "fascista" y "asesino", lanzaron al embajador un líquido rojo que el este describió después como "una especie de jarabe". Andreev se mantuvo notablemente tranquilo durante la agresión y aseguró estar "orgulloso de su país y de su presidente".