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El gas ruso, un arma de guerra al que Europa hace frente conjuntamente

La Unión Europea trabaja en hacer frente a la escasez de gas el próximo invierno
La Unión Europea trabaja en hacer frente a la escasez de gas el próximo invierno Derechos de autor Virginia Mayo/AP
Derechos de autor Virginia Mayo/AP
Por Stefan GrobeEuronews en español
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Analizamos en El Estado de la Unión las distintas opciones que se le abren al bloque ante un posible invierno con mucho menos gas del habitual

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El juego de poder sobre la energía entre la Unión Europea y Rusia entró esta semana en una nueva fase.

El bloque comunitario, decidido a desligar a Europa del gas ruso lo antes posible, acordó un plan para reducir el consumo de gas, en respuesta a la manipulación de los suministros por parte de Moscú a modo de arma económica.

La represalia rusa llegó en tan solo 24 horas. El gigante energético estatal Gazprom redujo a la mitad la cantidad de gas que circulaba por el Nord Stream 1, hasta el 20 por ciento de su capacidad, achacando dicha reducción a "problemas técnicos".

Alemania, país receptor del gasoducto, calificaba sin embargo este hecho de "movimiento político del Kremlin" para hacer subir los precios.

"Me gustaría retomar y rechazar un comentario que he leído", decía al respecto el ministro de Economía alemán Robert Habeck. "Me refiero al comentario del Kremlin y de Gazprom de que Rusia es el garante de la seguridad energética en Europa. Esto es una tergiversación de todos los hechos. Porque en realidad Rusia está utilizando su gran poder, un poder demasiado grande que le hemos dado, para chantajear a Europa y a Alemania".

Rusia está utilizando un poder demasiado grande que le hemos dado para chantajear a Europa y a Alemania
Robert Habeck
Ministro de Economía de Alemania

El invierno se acerca

El temor a que Rusia pudiera cortar completamente el gas para intentar ganar influencia política sobre la Unión Europea hizo que los Estados miembros se pusieran en marcha. El plan, aprobado por los ministros de Energía en Bruselas, tiene por objeto garantizar una reducción coordinada del consumo de gas en toda la Unión para preparar el próximo invierno.

En concreto, se pide a los Estados miembros que reduzcan voluntariamente el uso de gas en un 15 por ciento a partir del próximo mes y hasta marzo. Al tenerse en cuenta todas las especificidades nacionales, existen excepciones y exenciones.

Por supuesto, Hungría ha sido el único país que se ha opuesto a un acuerdo que Bruselas cataloga como una victoria de la unidad del bloque.

"Nuestros cálculos iniciales indican que, incluso si se utilizaran todas las exenciones en su totalidad, lograríamos una acción demandada que nos ayudaría a pasar con seguridad un invierno medio", reveleba el comisario de Energía de la Unión Europea, Kadri Simson.

Sin embargo, los críticos afirman que el acuerdo se queda muy lejos de sus ambiciones declaradas, y que ignora el impacto económico que los elevados costes energéticos tienen en los hogares. Europa podría tener por lo tanto una verdadera crisis social en sus manos en cuanto llegue el invierno.

Una "tormenta perfecta"

El Estado de la Unión ha podido hablar de este espinoso asunto con Michael Bloss, miembro de Los Verdes por Alemania en el Parlamento Europeo, donde forma parte de la Comisión de Energía. Bloss se mostró en su momento muy crítico con la propuesta original de la Comisión en la que se basa el compromiso alcanzado.

"Creo que lo que veremos es algo así como una tormenta perfecta", comenta para Euronews. "Tendremos precios de la gasolina muy altos, lo que hará que para mucha gente sea inasequible pagar sus facturas. Probablemente no tengamos suficiente gasolina, así que tendremos que racionarla. Y además está la crisis climática, con nuestros ríos con tan poca agua que no podemos utilizar toda su capacidad para el transporte".

Al ser preguntado por el aspecto meramente social de la crisis energética, el eurodiputado recuerda que "todo el mundo tiene derecho a la energía, y nadie debería verse privado del suministro de gas o energía en invierno, aunque no pueda pagar sus facturas". Bloss añade que "tiene que haber algo así como un escudo protector, como un fondo de la Unión Europea para la energía. Hoy he visto que los beneficios de la mayor compañía petrolera alemana han aumentado un 1.000 por ciento en comparación con el año pasado. Así que hay algunos que realmente se benefician y otros no. Así que lo importante sería gravar estos enormes beneficios inesperados de las compañías petroleras y redistribuirlos, emplearlos como dinero para la energía a las partes más pobres de nuestra sociedad, para que puedan pagar esas enormes facturas".

El entrevistado también recuerda cómo, en su opinión, este acuerdo "no es la respuesta adecuada" a la amenaza de Putin de una interrupción total del suministro de gas. "Putin utiliza el gas como arma en su guerra", aclara Bloss, "y sabe que somos dependientes, sabe que ahora es el momento de utilizarla. Ha reducido el flujo de gas a Alemania en un 20 por ciento. Pero estoy cien por cien seguro de que lo reducirá aún más para intentar chantajear a Alemania, para que esta no dé armas a Ucrania. Así que creo que tenemos que ser mucho más resistentes".

El miembro de Los Verdes añade por último cómo las mencionadas excepciones del compromiso respecto al ahorro de gas no están, a su juicio, justificadas. "El hecho de que ahora la mayoría de los Estados miembros tenga que votar a favor antes de que el 15 por ciento de ahorro de gas sea obligatorio, hace que todo este asunto se convierta en un tigre de papel", alerta Boss. "Hay muchos, sobre todo Alemania, que tendrían que depender de países como Polonia y que ya han dicho que no están seguros de poder cumplir con la solidaridad. Así que, sí, todavía tenemos que ir un poco más allá para estar preparados para esta crisis que llegará en invierno".

Efectos de la crisis alimentaria

La crisis energética es uno de los principales efectos secundarios de la guerra en Ucrania. La crisis alimentaria es el otro.

En la capital del Líbano, Beirut, la gente hace cola durante horas para conseguir una bolsa de pan subvencionado, un producto que escasea debido a los problemas económicos que atraviesa el país. El Gobierno se ha quedado sin dinero en efectivo como resultado de una crisis económica que dura años.

Y como el Líbano normalmente importa el 80 por ciento de su trigo de Ucrania, la gente siente ahora una escasez que no tiene nada que ver con ellos. Son efectos en tiempo real de una guerra en curso a 3000 kilómetros de distancia.

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