Los líderes europeos se reunen en una cumbre europea a la que llegan con posiciones cada vez más enfrentadas respecto a la política migratoria.
PUBLICIDADEuropa podría estar a punto de dar un importante giro a su política migratoria en la cumbre europea que se celebra esta semana en Bruselas.
En 2015, con la llegada de más de un millón de refugiados sirios, la excanciller alemana Angela Merkel aseguró a sus compartiotas que podrían para integrar a los recién llegados. "Creo que podemos hacerlo", dijó entonces Merkel.
Ahora, en 2023, en Europa, los ánimos han cambiado. Austria pide fondos europeos para construir una valla fronteriza entre Bulgaria y Turquía e Italia quiere limitar el trabajo de las ONG que rescatan a personas en el mar.
El año pasado, tanto Italia como Suecia vieron como líderes con duras políticas antiinmigración se hacían con el poder. Y la mayor familia política de Europa, el Partido Popular Europeo, ha iniciado una fuerte campaña sobre la migración.
El jefe del partido, Manfred Weber, ha asegurado a Euronews que la UE camina sin saberlo hacia una gran crisis. Ademas cree que las vallas fronterizas deberían dejar de ser un tabú y la UE debería dar dinero para financiarlas. "Seamos realistas, en Ceuta, en Melilla, las tenemos desde hace décadas en la frontera africano-española. Las tenemos en la frontera greco-turca, en la búlgaro-turca. Y después de los ataques del [presidente de Bielorrúsia Aleksandr] Lukashenko contra Polonia y Lituania, las tenemos también allí. Así que, de nuevo, nadie que suceda pero si es necesario, hay que hacerlo y la Comisión Europea debería estar dispuesta a financiarlo", ha apuntado Weber.
Hasta ahora la Comisión Europea se ha negado a financiar las vallas fronterizas, pero ofrece ayuda para otras infraestructuras de vigilancia.
Mientras tanto, el bloque trabaja para acordar un nuevo Pacto sobre Migración que incluiría reubicaciones obligatorias de migrantes desde Italia y Grecia a otros países. Algo que sigue siendo una línea roja para los países de Europa del Este.
En el Parlamento Europeo muchos critican el enfoque inhumano y creen que las vallas fronterizas traerían malos recuerdos. "Soy una eurodiputada de la parte oriental de Alemania. Viví toda mi juventud detrás de un muro, detrás de vallas. Si la UE empieza a financiar vallas, no sólo será un deja vu para mí, sino también un paso atrás para Europa. Y no queremos", ha explicado la eurodiputada de La Izquierda, Cornelia Ernst.
En la cumbre europea extraordinaria los líderes también debatirán cuestiones económicas y el avance de la guerra en Ucrania.