La segunda jornada de reuniones de los ministros de Exteriores de la OTAN mostró la preocupación de la Alianza ante "el creciente alineamiento de China con Rusia", tras la visita del presidente Xi Jinping a Moscú.
La bandera azul y blanca de Finlandia ondea ya en la sede de la OTAN. Pero la oposición de Turquía y Hungría mantiene aún a otra nación nórdica, Suecia, en la sala de espera.
El ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, presente en la reunión ministerial de la OTAN en Bruselas, declaraba en rueda de prensa que la solución a este problema no pasa por presionar a Hungría.
Szijjártó insistió en que la decisión final está exclusivamente en manos del Parlamento nacional, donde muchos diputados siguen denunciando las críticas suecas al Gobierno de Viktor Orbán y su trato al Estado de derecho y a la democracia.
"Cuando los diputados oyen desde Estocolmo, por ejemplo, que el sistema político húngaro no es democrático, que no es legítimo, que es una dictadura, se muestran sensibles a ello con toda razón", explicaba Szijjártó, "porque obtuvieron su mandato en elecciones democráticas, de forma democrática, basándose en el contacto con el pueblo".
Preocupación con China
Este miércoles, durante la segunda jornada de reuniones de los ministros de Exteriores de la OTAN, se habló sobre todo de China. Los aliados analizaron "el creciente alineamiento de China con Rusia", tras la visita del presidente Xi Jinping a Moscú. La principal preocupación es la posibilidad de que China suministre armas a Rusia, algo que Pekín niega.
"China se niega a condenar la agresión rusa", recordaba el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg. "Se hace eco de la propaganda rusa y apuntala la economía rusa. China y Rusia también están intensificando sus actividades militares conjuntas en la región del Indo-Pacífico".
Stoltenberg también quiso recordar que "los aliados han dejado claro que cualquier suministro de ayuda letal por parte de China a Rusia sería un error histórico que tendría profundas consecuencias".
El debate de ministros coincide con el viaje de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, a Pekín, donde tendrá lugar la esperada e importante reunión con el presidente chino Xi Jinping.