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Los vacíos legales ayudan a Rusia a evadir las sanciones, dice Gentiloni

"Existe una forma de eludir las sanciones a través del comercio", ha asegurado Paolo Gentiloni.
"Existe una forma de eludir las sanciones a través del comercio", ha asegurado Paolo Gentiloni. Derechos de autor Christophe Licoppe/ EU/Christophe Licoppe
Derechos de autor Christophe Licoppe/ EU/Christophe Licoppe
Por Jorge Liboreiro
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La lucha contra la elusión de las sanciones se ha convertido en la prioridad número uno de la Unión Europea.

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Los vacíos legales existentes en el sistema aduanero de la Unión Europea están ayudando a Rusia a eludir las sanciones internacionales y poder conseguir bienes que incluidos en la lista negra a través de países vecinos, según Paolo Gentiloni, comisario europeo de Economía.

"Existe una forma de eludir las sanciones a través del comercio", ha asegurado Gentiloni este miércoles por la mañana.

"Que existan sistemas diferentes en cada país permite a los que quieren tener comportamientos fraudulentos o a los que intentan eludir nuestras sanciones hacerlo a través de mecanismos que se pueden denominar fácilmente como 'compra aduanera'. Se utiliza un punto de entrada o salida en la unión (aduanera) que se puede considerar menos eficiente o (más) fácil de usar", ha explicado.

El comisario ha admitido que la UE no esperaba "una tarea tan ingente" como la que plantea la evasión, pero confía  en que el bloque logrará subsanar las deficiencias. "Sólo podremos hacer frente a estos retos si reforzamos nuestra inteligencia, nuestros conocimientos y nuestros datos al respecto", ha afirmado.

La advertencia de Gentiloni llega mientras la UE y el G7 debaten nuevos planes para tomar medidas firmes contra la elusión, un fenómeno que ha mermado el impacto de las sanciones impuestas por los aliados occidentales al Kremlin en respuesta a la invasión de Ucrania. La necesidad de abordar el problema se ha convertido en una prioridad política de primer orden en Bruselas, después de que las nuevas cifras comerciales mostraran un fuerte aumento de las exportaciones de productos fabricados en la UE vendidos a países de la periferia de Rusia que se sospecha que se desvían a Moscú.

Pero los Estados miembros, que tienen intereses comerciales dispares, están en conflicto sobre hasta dónde debe llegar el bloque para castigar a quienes ayudan a Rusia, un grupo que potencialmente podría incluir a socios comerciales clave como China y Turquía. Pekín ya ha dicho que tomará represalias contra las "sanciones extraterritoriales o unilaterales" impuestas a empresas chinas.

En sus declaraciones, Gentiloni no ha mencionado ni a China ni a Turquía, sino a tres países de Asia Central -Armenia, Kazajstán y Kirguistán- que han aumentado sus compras de productos de la UE en volúmenes similares a los de sus exportaciones a Rusia.

"No estoy señalando a nadie, pero está claro", ha apuntado.

Unión renovada

Gentiloni ha abordado la cuestión de la elusión de las sanciones al tiempo que presentaba una reforma de la unión aduanera europea, que se estableció por primera vez en 1968 y eliminó gradualmente todos los aranceles dentro del mercado único. Por consiguiente, los países de la UE tienen que aplicar las mismas aduanas a sus exportaciones para que éstas puedan circular libremente por el territorio del bloque.

Pero esta circulación fluida viene acompañada de una administración engorrosa y una aplicación fragmentada: según la Comisión, la unión aduanera está gestionada por más de 2.000 oficinas que utilizan 111 sistemas informáticos distintos, lo que da lugar a procedimientos complejos que las autoridades y las empresas tienen dificultades para entender.

La ampliación de las normas de seguridad, medioambientales y laborales, que la UE ha introducido pero de las que carecen por completo otras regiones del mundo, y las perturbaciones comerciales causadas por el Brexit, la pandemia de COVID-19 y la invasión rusa han puesto aún más en apuros a la unión aduanera.

La reforma propuesta pretende crear un flamante "Centro de Datos Aduaneros de la UE" que será utilizado por todos los Estados miembros para controlar el flujo de importaciones y exportaciones, incluidos los bienes de doble uso que pueden utilizarse tanto para fines civiles como militares.

Los planes también suprimirán la exención de aranceles para mercancías por valor inferior a 150 euros, que la Comisión cree que se aprovecha con fines fraudulentos ante el auge del comercio electrónico. La reforma, sin embargo, será larga: el uso del centro de datos centralizado no será obligatorio hasta 2038.

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