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El Pacto Verde se enfrenta al momento de la verdad: la Ley de Restauración de la Naturaleza

La votación en comisión será este mismo jueves.
La votación en comisión será este mismo jueves. Derechos de autor European Union, 2016.
Derechos de autor European Union, 2016.
Por Jorge Liboreiro
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El Pacto Verde, descrito por Ursula von der Leyen como "el momento del hombre en la luna de Europa", está a punto de someterse a una prueba de fuego.

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El jueves por la mañana, los miembros de la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo (ENVI) se reunirán para votar la Ley de Restauración de la Naturaleza, un proyecto legislativo que se ha convertido en el principal objetivo de una campaña de oposición extrema.

La polémica en torno a la ley ha tomado por asalto Bruselas -y ahora Estrasburgo-, enfrentando a una coalición de conservadores, agricultores y pescadores con partidos de izquierda, ONG, científicos y, sorprendentemente, el sector privado.

La reacción ha alcanzado tal intensidad que el primer punto del orden del día del jueves preguntará a los eurodiputados si rechazan la legislación en su totalidad, sin más enmiendas ni consultas. Dos comisiones afiliadas, Agricultura (AGRI) y Pesca (PECH), ya han rechazado el texto, lo que eleva aún más las apuestas para lo que se espera que sea una decisión complicada.

¿Cómo ha llegado a ser tan polémica la restauración de la naturaleza?

La ley actualmente sobre la mesa fue presentada por primera vez por la Comisión Europea en junio de 2022. El texto, calificado de "primera ley continental integral de este tipo", pretende restaurar hábitats y especies degradados por la actividad humana y el cambio climático.

Establece objetivos jurídicamente vinculantes en siete temas específicos, desde los insectos polinizadores hasta los ecosistemas marinos, que en conjunto deberían cubrir al menos el 20% de las zonas terrestres y marinas de la Unión Europea para 2030. (El objetivo se elevó posteriormente al 30% para alinear el bloque con el acuerdo histórico alcanzado en la COP15 en diciembre).

La Ley de Restauración de la Naturaleza, como todas las piezas que componen el Pacto Verde Europeo, es ambiciosa y de gran alcance, lo que refleja la magnitud del problema que trata de atajar: el 81% de los hábitats europeos se encuentran en mal estado, siendo las turberas, las praderas y las dunas las más afectadas, según las estimaciones de la Comisión.

El Ejecutivo considera que el cambio climático y la pérdida de biodiversidad son las dos caras de una misma moneda: un fenómeno agrava el otro, y viceversa, por lo que es indispensable afrontar ambos retos al mismo tiempo.

Visiones opuestas

Aunque este razonamiento es compartido por todo el espectro político, el diseño de la Ley de Restauración de la Naturaleza, y en particular sus objetivos jurídicamente vinculantes, ha desatado las protestas de los partidos de derechas, que afirman que la legislación, en su forma actual, obligará a los agricultores a abandonar algunos de sus campos, pondrá en peligro las cadenas de suministro europeas, disparará los precios de los alimentos e incluso obstaculizará el despliegue de las energías renovables.

COPA-COGECA y Europeche, las principales asociaciones que representan a los agricultores y pescadores europeos, respectivamente, han calificado el proyecto de ley de propuesta "mal pensada, poco realista e inaplicable" y que tendrá "consecuencias devastadoras" para la agricultura, la silvicultura y la pesca.

Pero ningún otro grupo personifica mejor esta oposición que el Partido Popular Europeo (PPE), de centro-derecha, la formación más numerosa del Parlamento, que ha lanzado una campaña para echar abajo la Ley de Restauración de la Naturaleza.

Tras varias rondas de negociaciones con otros partidos políticos, el PPE decidió el mes pasado abandonar las conversaciones. Días después, el PPE presentó el punto del orden del día a la comisión ENVI para rechazar de plano la legislación. "Esta legislación es simplemente una mala propuesta", dijo el martes Manfred Weber, presidente del grupo del PPE, instando a los demás legisladores a votar en contra de la ley. "No es el momento adecuado. Esta es nuestra posición", prosiguió.

En opinión de Weber, las obligaciones impuestas por la Ley de Restauración de la Naturaleza se extenderían más allá de Europa y empeorarían la inseguridad alimentaria en los países de renta baja, un escenario que relacionó con la actual disputa sobre el grano libre de aranceles procedente de Ucrania. "Nadie puede decirme cuál es la respuesta sobre la producción de alimentos. El problema es enorme. Hablamos del norte de África, de la migración. La gente huye porque ya no tiene perspectivas", afirmó el eurodiputado alemán.

A continuación, Weber refutó las acusaciones de que estaba chantajeando a los legisladores del PPE para que acataran la línea oficial del partido y acusó a la Comisión Europea de emplear "infraestructura externa", es decir, ONG, para defender la Ley de Restauración de la Naturaleza. "Denme argumentos. Denme una legislación mejor", dijo Weber.

Ese mismo día, Stanislav Polčák, eurodiputado checo del PPE, anunció en Twitter que votaría a favor de la ley, afirmando que "la prosperidad de nuestra sociedad va de la mano de la calidad del medio ambiente".

Horas después, cambió de opinión.

"No considero que el rechazo global del PPE a la propuesta sea una buena decisión, pero he decidido respetarla", escribió. "Como mi posición era tan fundamentalmente contraria a mi grupo, he pedido ser sustituido en la votación del jueves".

"Fundamentalmente errónea"

Ante las crecientes críticas, las organizaciones ecologistas han establecido una sorprendente alianza con el sector privado para defender la Ley de Restauración de la Naturaleza.

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En una carta pública publicada antes de la votación del jueves, los presidentes y altos ejecutivos de 50 empresas, entre ellas IKEA, Nestlé, H&M, Iberdrola y Unilever, instaron a los legisladores europeos a adoptar "urgentemente" normas sobre protección de la naturaleza para crear seguridad jurídica para las empresas, garantizar una competencia leal y fomentar la innovación.

"Nuestra dependencia de un medio ambiente sano es fundamental para la resistencia de nuestras economías y, en última instancia, para nuestro éxito a largo plazo", escribieron los consejeros delegados.

WindEurope, la asociación que representa a la industria eólica europea, publicó su propia declaración desmintiendo una de las afirmaciones más difundidas del PPE: la Ley de Restauración de la Naturaleza dificultará el despliegue de las energías renovables en toda Europa. "Esto es fundamentalmente erróneo. La restauración de la naturaleza y la expansión de la energía eólica van de la mano", afirma la asociación.

Por su parte, ClientEarth, BirdLife Europe, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y la Oficina Europea de Medio Ambiente (EEB) han intensificado sus actividades de divulgación para contrarrestar directamente la oposición sin cuartel del PPE, que las ONG consideran influida por las próximas elecciones europeas y el brusco ascenso del BBB, el partido populista agrario que ha perturbado la política neerlandesa.

"Es una campaña que se ha basado en la distribución activa de desinformación", ha dicho a Euronews en una entrevista Ioannis Agapakis, abogado de ClientEarth.

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"Cada uno de los argumentos que se están utilizando va en contra de la ciencia, va en contra de la letra de la ley, y por supuesto, no en apoyo del Pacto Verde Europeo. Así que para mí, el giro de los acontecimientos ha sido muy, muy preocupante en ese frente". Agapakis sostiene que la restauración de la naturaleza puede adoptar muchas formas y adaptarse a las condiciones socioeconómicas de las distintas regiones, lo que la convierte en una estrategia caso por caso y no en una solución única. La ley es "bastante flexible", dice el abogado, porque permitiría a los países de la UE elaborar sus propios planes nacionales para cumplir el objetivo global.

"Para cualquiera que haya leído la propuesta, está claro que en ningún lugar de la propuesta la Comisión menciona que la producción agrícola tenga que detenerse en las zonas donde se llevará a cabo la restauración", ha dicho Agapakis.

"Por otro lado, creo que hay ciertas prácticas de restauración que impulsarán la producción agrícola. Así que este tipo de narrativas y este tipo de argumentos no se basan, ante todo, en el contenido de la propia ley".

Por su parte, la Comisión Europea, cuya presidenta, Ursula von der Leyen, está afiliada al PPE, intenta encontrar un equilibrio entre salvaguardar la integridad de su propuesta y mantenerse al margen de la estridente lucha entre partidos políticos.

El ejecutivo ha difundido documentos no oficiales, a los que ha tenido acceso Euronews, en los que refuta uno por uno los principales puntos de crítica que se han hecho a la ley de restauración, entre ellos la idea de que la restauración de la naturaleza excluye cualquier tipo de actividad económica.

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Esta correlación es inexacta, afirma la Comisión, porque la restauración de la naturaleza no exige la creación de zonas protegidas, que es una categoría jurídica aparte. De hecho, un hábitat restaurado puede prolongar la vida útil del suelo y ofrecer a los agricultores oportunidades a largo plazo para reinventar sus prácticas y reducir su huella de carbono.

"El proceso democrático sigue su curso", ha asegurado un portavoz de la Comisión en un comunicado. "Ahora corresponde a la Comisión ENVI y al Pleno expresarse".

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