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Austria sigue oponiéndose a la adhesión a Schengen de Rumanía y Bulgaria, impidiendo la votación de diciembre

El ministro austriaco del Interior, Gerhard Karner, afirmó el martes que el espacio Schengen debe ser "mejor" antes de ser "más grande".
El ministro austriaco del Interior, Gerhard Karner, afirmó el martes que el espacio Schengen debe ser "mejor" antes de ser "más grande". Derechos de autor Darko Vojinovic/Copyright 2023 The AP. All rights reserved
Derechos de autor Darko Vojinovic/Copyright 2023 The AP. All rights reserved
Por Jorge Liboreiro
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Este artículo se publicó originalmente en inglés

Austria sigue firmemente en contra de la ansiada adhesión de Rumanía y Bulgaria a Schengen, argumentando que el espacio de libre circulación debe ser "mejor" antes de ser "más grande".

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La inequívoca resistencia ha quedado bien documentada en los últimos años y ha vuelto a manifestarse el martes por la mañana antes de una reunión de ministros de Interior en Bruselas.

"Schengen debe ser mejor y no más grande. Todavía no veo muchos avances en este sentido, así que no me imagino ningún cambio ahora", ha apuntado Gerhard Karner, ministro federal de Interior austriaco.

En opinión de Karner, el número de controles fronterizos que los países europeos han impuesto en los últimos meses es razón suficiente para impedir una mayor ampliación del espacio Schengen, que actualmente abarca 27 países, entre ellos 23 Estados de la Unión Europea, y más de 423 millones de ciudadanos.

Según el Código de Fronteras Schengen, los países pueden establecer controles fronterizos temporales como último recurso en circunstancias excepcionales. Los gobiernos de Austria, Alemania, Polonia, la República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Italia y Dinamarca han invocado esta disposición para hacer frente al continuo aumento de los flujos migratorios.

En los diez primeros meses de 2023 se produjeron en la UE casi 331.000 cruces irregulares de fronteras, de los cuales casi la mitad correspondieron a la ruta del Mediterráneo Central. Las cifras representan el nivel más alto para ese periodo desde 2015.

Karner, afiliado al conservador Partido Popular (ÖVP), defiende una postura dura en materia de migración y ha pregonado la posibilidad de llegar a un acuerdo con un país no perteneciente a la UE para externalizar la tramitación de las solicitudes de asilo.

"Es crucial que la Comisión Europea invierta de una vez en la protección de las fronteras exteriores y tome medidas para hacerlas más seguras", ha dicho Karner. "Eso es, en última instancia, lo que hace que funcione el sistema de Schengen".

La falta de cambios en la postura de Austria ha obligado a España, titular de la presidencia rotatoria del Consejo de la UE, a modificar el orden del día de la reunión sobre asuntos de interior. España había dicho previamente que la reunión del 5 de diciembre contaría con una votación vinculante sobre las solicitudes de adhesión a Schengen de Rumanía y Bulgaria, dos países que llevan esperando entrar en el espacio sin pasaportes desde que entraron en la UE en 2007.

Pero al ver que la votación estaba abocada al fracaso, como ocurrió en diciembre del año pasado, los responsables españoles optaron en su lugar por celebrar un "estado de la cuestión" sobre las candidaturas conjuntas y la situación general del área de libre circulación.

Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior del Gobierno de España,ha asegurado a la prensa que su país seguiría trabajando "muy intensamente" en el tema "hasta el final de nuestra Presidencia". Una afirmación que parece sugerir que las solicitudes podrían someterse a votación a finales de este mes. Aunque el asunto es intrínsecamente político, también puede ser abordado por los embajadores en Bruselas.

"Una Europa más fuerte es una Europa con Rumanía y Bulgaria como miembros de pleno derecho del espacio Schengen", ha explicado Grande-Marlaska.

Su homólogo rumano, Marian-Cătălin Predoiu, se ha negado a comentar las "especulaciones" sobre una votación extraordinaria antes de fin de año en la que Austria podría abstenerse para permitir la adhesión. Predoiu ha afirmado que se están manteniendo "intensas conversaciones" con Viena para encontrar una solución diplomática.

La aceptación de nuevos miembros en Schengen requiere una luz verde unánime y, como ha dicho Karner el martes, nada hace presagiar un próximo cambio en la postura de Austria.

Los Países Bajos también se oponen a la adhesión de Bulgaria por motivos de Estado de Derecho, aunque esta postura se considera algo más flexible que el veto de Austria. Los Países Bajos, sin embargo, se encuentran en plena transición de poder tras la sorprendente victoria el mes pasado del partido de extrema derecha de Geert Wilders en unas elecciones dominadas por el tema de la inmigración irregular.

Según Ylva Johansson, comisaria europea de Asuntos de Interior, una misión de investigación enviada recientemente a Bulgaria ha obtenido resultados "realmente satisfactorios" sobre la preparación del país para incorporarse a la zona sin pasaportes.

"Aprovecharé esta oportunidad para hablarles (a los ministros) de esto. Lo bien preparados que están tanto Rumanía como Bulgaria para unirse a Schengen", ha dicho Johansson el martes por la mañana antes de dirigirse a la reunión. "Seguiré teniendo el objetivo de que esta decisión (se tome) ya este año".

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