También se sancionarán los productos de aluminio rusos, así como programas informáticos diseñados para obstaculizar las capacidades de Rusia en su sector industrial.
"La economía de Rusia es ahora más pequeña. Rusia tiene ahora menos gente y su economía es menos flexible. Rusia es una economía de guerra. Están tratando de producir tantas armas como sea posible y ya no están produciendo cosas que fortalecerán su economía con el tiempo. También están gastando las reservas que han acumulado a lo largo de los años para comprar cosas como tanques y petroleros", ha apuntado Wally Adeyemo, Subsecretario del Tesoro estadounidense.
"Aunque nuestras economías han sufrido, tenemos que admitirlo, a causa de la guerra de Rusia contra Ucrania, han sido mucho más fuertes que la de Rusia y, gracias a nuestra alianza, tenemos la capacidad de invertir en el futuro para garantizar que nuestras poblaciones tengan oportunidades que, francamente, la mayoría de los rusos nunca tendrán a causa de las acciones de Vladimir Putin", ha añadido.
Sin embargo, Rusia sigue obteniendo muchos ingresos de la venta de petróleo y cuenta con países aliados que le ayudan a eludir las sanciones. El gobierno estadounidense admite que necesita ser muy proactivo para detener este fenómeno.
"La elusión es un reto. Una de las formas en que sabemos que nuestras sanciones están funcionando es que el Kremlin ha ordenado a sus servicios secretos que ideen formas de intentar eludirlas. Pero lo que hicimos, en estrecha colaboración con la Unión Europea, fue idear una forma de lograr esa elusión, utilizando nuestras sanciones y controles a la exportación", ha explicado Wally Adeyemo.
"También llevamos a cabo misiones conjuntas entre Estados Unidos, la UE y el Reino Unido, y fuimos a los países donde vemos que hay elusión. Les dejamos muy claro que pueden elegir: pueden seguir haciendo negocios con Rusia, una economía pequeña y en retroceso en el sentido global, o pueden hacer negocios con nosotros", ha añadido.
¿Más dinero para Ucrania?
Otro reto importante para ambos lados del Atlántico es conseguir el consenso político para destinar más fondos a Ucrania. En una cumbre europea celebrada la semana pasada en Bruselas, el primer ministro de Hungría se negó a firmar un paquete de 50.000 millones de euros para Ucrania. Por otra parte, el Congreso de EE.UU. sigue dejando su decisión en el limbo a pesar de que se acercan las vacaciones de Navidad.
"Al igual que en nuestro país, lleva tiempo trabajar en estos paquetes, y Europa tiene que celebrar estos debates. Pero en última instancia, estamos alineados con una perspectiva de valores y estamos comprometidos a seguir apoyando al pueblo europeo mientras nos ayuda a defender a Ucrania y a proporcionar a Ucrania los recursos que necesita. Y eso es lo que espero que ocurra", ha afirmado el Subsecretario del Tesoro estadounidense.
Además de fondos para mantener la economía en funcionamiento, el Banco Mundial calcula que Ucrania necesitará más de 400.000 millones de euros para la reconstrucción.