En la Grand-Place de Bruselas, los turistas ya no pasean en coches de caballos tradicionales, sino en carruajes eléctricos.
PUBLICIDADEn sus lienzos, el pintor de la Grand-Place ha sustituido los coches de caballos por una nueva atracción turística: los carruajes eléctricos. Desde principios de junio, Bruselas es la primera ciudad de Europa que ha realizado una transición completa a estos vehículos eléctricos con fines turísticos.
Thibault Danthine puso fin a su actividad de coches de caballos en 2022. Tras ganar una convocatoria de proyectos de la ciudad de Bruselas, este verano puso en marcha dos carruajes eléctricos.
Aumento de las críticas por el sufrimiento animal
"Había problemas logísticos y de recursos humanos. Cada vez era más difícil encontrar conductores. Y la ética está cambiando, y eso hay que entenderlo. La relación con los animales es diferente hoy en día, y está menos aceptado tener una actividad comercial con animales", explica Thibault Danthine, gerente de Les calèches électriques de Bruxelles.
En los últimos años han aumentado las críticas a los coches de caballos utilizados para el turismo. El año pasado, un caballo murió en Sevilla mientras tiraba de un carruaje con turistas en plena ola de calor.
Por su parte, Thibault Danthine, que afirma haber tenido siempre muy presente la protección de los animales, ha tomado la iniciativa de vender sus seis caballos. "Nunca tuve la menor duda de que los coches de caballos eléctricos seguirían atrayendo a la gente. Porque la gente de hoy quiere experimentar algo nuevo, algo inusual, algo que hacer con la familia o los amigos".
"Y los coches de caballos eléctricos hacen todo eso. Así que también nos quedamos con un estilo de época, y creo que era importante respetar este patrimonio", afirma Thibault Danthine.
Una forma alternativa de transporte turístico
El empresario ha invertido varios cientos de miles de euros en dos vehículos, que se pusieron en marcha en junio y fueron fabricados en Polonia. Un tercero se entregará este mismo verano. La marca se llama Anderson, un guiño a Robert Anderson, el primero en electrificar los coches de caballos en 1832.
Con una autonomía de 120 kilómetros, el vehículo tiene que recargarse una vez cada dos días. "Creo que el cambio de los coches de caballos a estos nuevos coches eléctricos es mejor, no solo porque los caballos hacían mucho ruido y también muchos olores en la ciudad, sino también para los animales, porque pasaban muchas horas a la intemperie en una ciudad que tiene muchos turistas", dice Sari, estudiante de antropología en Bruselas.
"Con los caballos, es otro mundo, es un ambiente antiguo. Con los vehículos eléctricos, te imaginas otra versión de la ciudad", se entusiasma Aurora, una turista italiana, al bajar del coche de caballos tras un paseo familiar.
Otras ciudades ya se han puesto en contacto con Thibault Danthine, interesadas en esta forma alternativa de transporte turístico. En la Grand-Place, el mercurio supera los 30°C. Antes, los caballos se quedaban en sus cuadras. Hoy, los turistas pueden recorrer Bruselas sin preocuparse por el calor.