Los Bajos Tatras es una zona forestal rica en hayas y abetos que varias empresas mineras están talando debido a un problema de plaga. Sin embargo, muchos activistas han visto esa tala como una luz de alarma que solo atiende a las necesidades de esas empresas.
En los Bajos Tatras de Eslovaquia, la gente protestó contra la minería en la localidad de Studienec, un área previamente propuesta para una estricta protección forestal. La administración estatal de bosques afirma que el objetivo es eliminar los rodales infestados por insectos. Sin embargo, según los activistas de conservación, las industrias mineras también están talando abetos y hayas saludables de 200 años de edad.
Ondrej Kameniar, de la iniciativa Somos el bosque, señaló: "En esta pila podemos ver de lejos que no solo se cosecharon abetos infestados por licófitos. También se talaron abetos y hayas. A primera vista no parecen tan grandes, pero en realidad son muy viejos. Este árbol tenía al menos cien años."
La administración de bosques eslovacos argumenta que: "La calamidad solo se puede detener eliminando los individuos ya infestados". Argumenta además que la infestación en su fase inicial podría no ser reconocida externamente y un profano en la materia podría identificar esos casos como árboles sanos.
Marek Kuchta, ex Director de la Administración NAPANT y miembro de la iniciativa Somos el bosque, expresó su preocupación: "Este es ya uno de los sitios más valiosos que deberían haberse agregado al parque nacional como parte de la zonificación. A estos rodales de abetos están ligadas muchas especies que están protegidas. Así que ciertamente ha habido daños al hábitat de estas especies protegidas."
Tala legal y permitida solo en alguna zona y con ciertas condiciones
NAPANT comentó que solo permitió la tala aleatoria de abetos en la localidad de Studienec, condicionando que se llevara a cabo utilizando el método de tala más sensible posible. La administración permitió la tala de otros árboles solo en el teleférico del funicular.
Juraj Vysoký, de la asociación cívica Prales, enfatizó: "La función primaria aquí no es económica, sino de protección de la tierra. Dentro de esto, hubo una prescripción sin intervención. En tales bosques, los árboles se talan individualmente como máximo, pero en ningún caso se debe despejar ningún área continua."