Tras recibir el visto bueno en diciembre, Bayrou se convirtió en el cuarto primer ministro de Francia en apenas un año. Ahora se enfrenta al gran reto de aprobar el plan presupuestario para 2025, pendiente desde hace tiempo.
El nuevo primer ministro francés, François Bayrou, pronunció el martes en París un esperado discurso político clave, que marca el tono de la hoja de ruta de su Gobierno. Tras días de negociaciones con las distintas fuerzas políticas, Bayrou espera lograr un delicado equilibrio entre obtener la buena voluntad de la izquierda y enemistarse con sus aliados de la derecha.
Para ganarse a algunos diputados de izquierdas, Bayrou anunció que está abierto a renegociar algunos aspectos de la muy impopular reforma de las pensiones del presidente francés, Emmanuel Macron, aprobada en 2023. A cambio, Bayrou espera que esto le ayude a aprobar el plan presupuestario de Francia para 2025.
El recién nombrado primer ministro propuso dejar que los sindicatos y los grupos empresariales lleguen a un nuevo acuerdo sobre la reforma de las pensiones. Sin embargo, si no se llega a un acuerdo en el plazo de tres meses, se seguirá aplicando la reforma actual.
El Partido Socialista (PS), que forma parte de la coalición Nuevo Frente Popular (NFP) con otras fuerzas de izquierda, ya había votado en contra del plan presupuestario en diciembre junto con diputados de extrema derecha, provocando la caída del Gobierno del ex primer ministro Michel Barnier.
Por tanto, tanto el apoyo de los socialistas como el de la extrema derecha son cruciales para la supervivencia del frágil Gobierno de Bayrou. El partido de extrema izquierda Francia Insumisa (LFI) ya ha anunciado que presentará una moción de censura contra el Gobierno de Bayrou. El Partido Verde también ha anunciado que votará para derrocar a Bayrou.
La Asamblea Nacional examinará la moción de censura el jueves. Se necesitan 289 votos para derrocar al Gobierno. Jordan Bardella, eurodiputado y líder del partido de extrema derecha Agrupación Nacional, publicó en X: "Al final de un discurso soporífero, François Bayrou demostró que no era el hombre de la ruptura, sino el de la continuidad perezosa, la charlatanería y las discusiones interminables".
Jean-Philippe Tanguy, diputado de extrema derecha, declaró que su partido no votará todavía para derrocar a Bayrou. "Podemos reservarnos el derecho de voto sobre los actos presupuestarios (...) Estamos a la espera de las acciones", declaró a un grupo de periodistas.
La deuda francesa es "la espada de Damocles"
En su discurso, Bayrou prometió hacer frente a la deuda del país, que comparó con la "espada de Damocles" que pende sobre Francia. El jefe del Gobierno dijo que pretende fijar el objetivo de déficit público para 2025 en el 5,4% del PIB. El déficit alcanzó más del 6% el año pasado, más del doble del nivel permitido por la Comisión Europea.
El discurso llega tras un año tumultuoso para la política francesa después de que Macron sorprendiera al país anunciando elecciones anticipadas después de que su partido perdiera frente a la extrema derecha en las elecciones europeas del pasado junio.
Las precipitadas elecciones legislativas acabaron con una Cámara Baja del Parlamento fragmentada, sin que ninguno de los tres bloques obtuviera una mayoría clara. Según la Constitución francesa, Macron no puede convocar elecciones anticipadas antes de julio de 2025.