Con más de medio millón de opositores en el exilio y otros cientos de miles encarcelados, no habrá sorpresas y el autócrata continuará gobernando el estado satélite de Rusia por 31º año consecutivo.
Alexander Lukashenko ya ha votado en sus séptimas elecciones consecutivas como candidato a la presidencia de Bielorrusia.
El líder autócrata, gobernante de la nación eslava desde 1994, se ha asegurado tras las protestas de 2020 de destruir cualquier atisbo de oposición mediante encarcelaciones arbitrarias o forzando al exilio a miembros de la oposición democrática. Es el caso de Svetlana Tijanóvskaya, considerada la líder 'de facto' del frente contra el dictador y receptora del premio Sájarov 2020 por su defensa de la democracia bielorrusa.
Los opositores califican estas elecciones de farsa, al igual que las que se produjeron hace cinco años y que desencadenaron meses de protestas sin precedentes en este país de 9 millones de habitantes.
La represión posterior se saldó con más de 65.000 arrestos, provocando su aislamiento del resto de Europa y consumando su estatus como país satélite del Kremlin. Se calcula que este Estado ha encarcelado a unos 1.300 presos políticos, según el Centro de Derechos Humanos Viasna, entre ellos a su líder Ales Bialiatski, Premio Nobel de la Paz.
Lukashenko no se esconde: "Es mejor tener una dictadura como en Bielorrusia que una democracia como Ucrania", ha llegado a decir en una declaración pública. En las últimas semanas se han producido unas 188 detenciones arbitriarias, según Viasna, como la del sacerdote cristiano Henrykh Akalatovich. Es la primera vez desde 1994 que el régimen se atreve a censurar al clero; una señal, según los analistas, de que Lukashenko no quiere repetir los focos de disidencia de 2020.
Otros cuatro candidatos se presentan a las elecciones bielorrusas. Tres de ellos apoyan incondicionalmente al dictador; la cuarta, Hanna Kanapatskaya, obtuvo el 1,7% de los votos en 2020 y asegura ser la "única alternativa democrática a Lukashenko", prometiendo presionar para liberar a los presos políticos. Sin embargo, no se esperan sorpresas en el resultado de estas nuevas elecciones amañadas: a los más de 500.000 bielorrusos en el exilio no se les permite votar.
Reporteros Sin Fronteras ha presentado una denuncia contra Lukashenko ante la Corte Penal Internacional por su ofensiva contra la libertad de expresión, que ha provocado la detención de 397 periodistas desde 2020. La Alta Representante Exterior de Unión Europea, Kaja Kallas, ha calificado la votación como "una flagrante afrenta a la democracia".