Según medios locales, el emérito ha actuado por cuenta propia, sin informar a su hijo, el rey Felipe, a pesar de seguir formando parte de la Casa Real.
El rey Juan Carlos I ha iniciado acciones legales contra su ex amiga íntima durante más de 10 años, Corinna Larsen, así como contra su abogado, Dante Canónica, en Suiza. El emérito pretende seguir un procedimiento similar al que utilizó contra el expresidente cántabro, Miguel Ángel Revilla: comenzar con un acto de conciliación con el objetivo de obtener una disculpa pública y una compensación económica para "restituir su honor". Si no se logra un acuerdo, se abriría paso a un proceso judicial formal.
Esta iniciativa forma parte de una estrategia personal de Juan Carlos para defender su reputación, convencido de que ha quedado desprotegido frente a las declaraciones que afectan su imagen. No obstante, incluso personas cercanas a su entorno habitual, que mantienen contacto frecuente con él, pero que no viven en Abu Dabi, donde el monarca reside desde el año 2020, no estaban al tanto de esta segunda causa legal, según indican fuentes al diario 'El Mundo'.
La relación entre el monarca y su ex amiga íntima, que mantuvieron una relación sentimental entre 2004 y 2012, es pésima desde hace años. Larsen le demandó por acoso en el Reino Unido en 2022, pero perdió la batalla judicial. Se quedó sin los 146 millones de euros que le pedía por daños. Según los medios españoles, la demanda de Juan Carlos I se ha producido en Suiza, donde el rey emérito ingresó los 65 millones de euros que le regaló el Ministerio de Finanzas de Arabia Saudí en agosto de 2008.
Una serie de acusaciones
A lo largo de los últimos años, Corinna Larsen ha realizado numerosas acusaciones contra el monarca en entrevistas y declaraciones a los medios, así como en la propia demanda que hizo en su contra, en las que daba cuenta de sus actividades económicas y asuntos personales.
El legado del emérito ha quedado opacado por los numerosos escándalos que han salido a la luz, tanto financieros como de presuntas amantes, que llevaron a su abdicación en el año 2014. El próximo 22 de noviembre, se cumplen 50 años de su proclamación, algo que podría haber influido en la decisión del monarca de intentar lavar su imagen.
Según medios locales, el acto no se va a celebrar como le hubiera gustado al rey emérito. El Gobierno no ha querido organizar ningún homenaje a su figura, pero sí celebrar el aniversario de la muerte del dictador Francisco Franco y la llegada de la democracia a España.