Rusia ha lanzado una nueva oleada de ataques con misiles y drones contra Ucrania, dejando 10 muertos y al menos 50 heridos. Ciudades como Odesa, Samar, Donetsk y Jersón han sido golpeadas en una escalada de asaltos aéreos desde mayo.
Entre los ataques, el más mortífero fue un ataque con misiles contra la ciudad de Samar, en el óblast de Dnipropetrovsk, que causó cinco muertos y al menos 25 heridos.
En la ciudad portuaria meridional de Odesa, un matrimonio murió por el impacto de un dron ruso contra un edificio residencial de 21 plantas. El ataque provocó un gran incendio en tres plantas, hiriendo al menos a otras 14 personas, entre ellas tres niños. Los bomberos trabajaron durante toda la noche para apagar el fuego.
Se registraron más muertes en todo el país, dos en la región de Donetsk y una en la de Jersón. Los ataques rusos también causaron heridos en las provincias de Kharkiv, Zaporizhzhia y Sumy.
La Fuerza Aérea de Ucrania informó de que en la noche del 27 al 28 de junio, las fuerzas rusas atacaron con 23 drones Shahed de varios tipos. Ucrania afirma haber derribado con éxito 22 de ellos. Los ataques son los últimos de una serie de intensificados asaltos aéreos rusos contra ciudades ucranianas a lo largo de mayo y junio.