El Tribunal General de la UE ha confirmado los derechos de Ferrari sobre la marca Testarossa, dictaminando que su uso en coches de segunda mano, piezas y modelos a escala autorizados constituye un uso genuino.
Ferrari sigue manteniendo sus derechos sobre la legendaria marca Testarossa, después de que el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) revocara el miércoles decisiones anteriores de la Oficina de Propiedad Intelectual de la UE (EUIPO).
La sentencia sienta un importante precedente para las marcas heredadas, al demostrar que las marcas pueden seguir siendo válidas aunque estén vinculadas a productos antiguos o de colección, siempre que la marca siga participando activamente en el mercado.
La sentencia dictada hoy por el Tribunal General del TJCE restablece la protección de la marca Testarossa de Ferrari para automóviles, piezas y accesorios, y maquetas de vehículos. La EUIPO había intentado anteriormente revocar esos derechos en 2023, alegando que la marca no se había utilizado activamente en la UE durante al menos cinco años consecutivos.
El Tribunal General discrepó, declarando que Ferrari había seguido haciendo un "uso genuino" del nombre, aunque el Testarossa original llevara décadas sin fabricarse. Presentado por primera vez en 1984, el Testarossa sigue siendo uno de los modelos de 12 cilindros más emblemáticos de Ferrari. Con más de 7.000 unidades construidas antes de finalizar su producción en 1996, fue uno de los Ferrari más accesibles de su época.
Su diseño, con anchas aletas traseras y los característicos trapecios laterales (apodados cariñosamente 'ralladores de queso'), lo convirtieron en el coche de referencia de la década de 1980. El Testarossa se convirtió en un icono cultural gracias, en parte, a la serie de televisión 'Corrupción en Miami', en la que un modelo blanco se convirtió en el vehículo elegido por el detective Sonny Crockett.
Aunque hace décadas que no salen nuevos Testarossas de la cadena de producción, Ferrari ha seguido apoyando el modelo, especialmente a través de la reventa y autentificación de vehículos de segunda mano a través de su red de concesionarios autorizados.
Según el tribunal, esta actividad era suficiente para calificar como uso genuino de la marca, incluso si Ferrari no fabricaba coches nuevos con el nombre. El tribunal también dictaminó que el uso de la marca por parte de concesionarios y distribuidores autorizados por Ferrari, incluso sin consentimiento explícito por escrito, se consideraba uso autorizado.
Esto se aplicaba no sólo a los coches en sí, sino también a las piezas y accesorios asociados. En cuanto a las versiones a escala, el tribunal volvió a dar la razón a Ferrari. Muchos Testarossas en miniatura se vendían como productos con licencia oficial de Ferrari, una etiqueta que, según el tribunal, reflejaba la aprobación implícita de Ferrari. Según el TJCE, este tipo de marca refuerza la función esencial de la marca al señalar el origen comercial del producto.