El eurodiputado rumano Gheorghe Piperea, del partido ultraconservador AUR, ha conseguido reunir 73 firmas para su moción, una más que el umbral mínimo requerido. Todos los firmantes pertenecen a distintas familias de la extrema derecha europea.
El Parlamento Europeo ha presentado una moción de censura contra la presidenta de la Comisión Europea, que se debatirá y votará la próxima semana. El debate tendrá lugar el próximo lunes y la votación contra Ursula Von der Leyen, sin opciones de salir adelante, se producirá el jueves que viene.
Los eurodiputados que apoyan la moción, que pertenecen a distintas familias de la ultraderecha europea (Patriotas por Europa, Conservadores y Reformistas y Europa de las Naciones Soberanas) y a legisladores no inscritos, necesitarían al menos dos tercios de los votos emitidos en el Parlamento para aprobarla. Una situación improbable dado que los tres grupos solo suman 187 escaños, muy lejos de los 480 necesarios incluso si varios diputados no inscritos (32) o incluso de La Izquierda (46) apoyasen la moción.
La Comisión II de Von der Leyen, conocida así por tratarse de su segundo mandato, está sustentada por los grupos mayoritarios del Partido Popular Europeo (188), los socialdemócratas del S&D (136) y los liberales centristas de Renovar Europa (77), con apoyos puntuales de Los Verdes (53).
Una vez verificadas las firmas de los eurodiputados que apoyan la moción, la presidenta de la cámara debe informar inmediatamente a los legisladores, según el reglamento. A continuación se debe agendar un debate plenario 24 horas después del anuncio, como mínimo, y una votación al menos 48 horas después de dicho debate.
Tanto el debate como la votación deberán tener lugar, como muy tarde, durante la sesión plenaria siguiente a la presentación de la moción. En teoría, todos los eurodiputados que hayan firmado la moción podrían retirarle su apoyo posteriormente, y de no alcanzarse el umbral requerido, el proceso se detendría. La votación de cada eurodiputado es pública.
Ninguna moción de censura ha salido adelante en Bruselas
Los eurodiputados han intentado en nueve ocasiones derrocar a la Comisión Europea en su historia. En 1990, el Grupo de la Derecha Europea intentó forzar la dimisión de la Comisión por su política agrícola, pero fracasó estrepitosamente al obtener solo 16 votos a favor y 243 en contra.
El intento más reciente tuvo lugar en noviembre de 2014, contra la Comisión dirigida por el presidente luxemburgués Jean-Claude Juncker. Fue iniciado por el grupo político euroescéptico Europa de la Libertad y la Democracia Directa en respuesta al escándalo financiero 'Luxembourg Leaks', que destapó el régimen fiscal del país. Solo 101 de los 670 eurodiputados votaron a favor, muy por debajo del umbral requerido. Otros intentos se han centrado en cuestiones como el presupuesto de la UE o la gestión de Eurostat, la oficina estadística de la Comisión.
Solo una vez en la historia una petición de moción de censura ha desembocado de forma indirecta en la dimisión de un miembro de la Comisión, sin llegar a la votación final. En marzo de 1999, la Comisión dirigida por el Presidente luxemburgués Jacques Santer dimitió en medio de acusaciones de fraude y problemas de transparencia, adelantándose a la votación formal del Parlamento. Esto ocurrió a pesar de que la Comisión había sobrevivido a tres mociones separadas sobre otros temas en años anteriores.