China y la UE mantienen múltiples disputas comerciales en diversos sectores, pero ningún desacuerdo es tan agudo como su enorme desequilibrio comercial.
Los líderes de la Unión Europea se reúnen el jueves en Pekín con altos cargos chinos en una cumbre de un día destinada a abordar los desequilibrios comerciales, la cooperación climática y los conflictos mundiales, aunque las expectativas de resultados concretos son escasas.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa, se reunirán con el presidente chino, Xi Jinping, y el Primer Ministro, Li Qiang, para conmemorar los 50 años de relaciones entre Bruselas y Pekín. La cumbre, prevista inicialmente para dos días, se ha visto reducida por la incertidumbre económica, las guerras en Oriente Próximo y Ucrania y la amenaza de nuevos aranceles estadounidenses.
Se esperaba que los funcionarios de la UE expresaran su preocupación por el apoyo de China a Rusia en medio de su invasión a gran escala de Ucrania, los persistentes ciberataques y espionaje, los desequilibrios comerciales, el cuasi monopolio de Pekín en minerales de tierras raras y los problemas de derechos humanos en Xjinjiang, Tíbet y Hong Kong.
La UE también está haciendo equilibrios con Washington ante una posible guerra comercial con Estados Unidos. "Europa se está cuidando mucho de no enemistarse aún más con el presidente Trump acercándose quizás demasiado a China, así que todo eso no facilita esta cumbre", dijo Fabian Zuleeg, economista jefe del European Policy Centre. "Será muy difícil lograr algo concreto".
También hay pocas probabilidades de que se produzca un gran avance en medio del endurecimiento de la postura china hacia la UE, a pesar de algunas ramas de olivo. Entre ellas, la suspensión de las sanciones a los legisladores europeos que criticaron los abusos de Pekín contra los derechos humanos en Xjinjiang, región del noroeste de China donde viven los uigures.
"China ha salido envalentonada de su enfrentamiento comercial con Trump. Eso ha reducido su apetito por hacer concesiones a la UE", dijo Zuleeg. "Ahora que Trump ha dado marcha atrás, China ve menos necesidad de darle leña a Europa".
China es el segundo socio comercial de la UE después de Estados Unidos, con alrededor del 30% del comercio mundial que fluye entre ellos. Aunque ambas partes esperan utilizar sus lazos económicos para ayudar a estabilizar la economía mundial, sigue habiendo divisiones fundamentales.