El Tribunal Constitucional de Kosovo debe pronunciarse el viernes sobre el método de votación para elegir al presidente del Parlamento y si ha expirado el plazo para constituir la Asamblea. El país lleva meses sumido en un bloqueo institucional por desacuerdos políticos.
El Tribunal Constitucional de Kosovo tiene hasta este viernes para pronunciarse sobre el método de votación para elegir al presidente del Parlamento y aclarar si ha expirado el plazo constitucional de 30 días para constituir la Asamblea, tras múltiples intentos fallidos de nombrar a sus dirigentes.
El pasado 24 de julio, el tribunal impuso una medida cautelar que suspendía cualquier actuación parlamentaria hasta el 8 de agosto, fecha en la que se espera una nueva resolución y vence dicha restricción. El partido de izquierda Vetëvendosje (Autodeterminación), liderado por el primer ministro Albin Kurti, obtuvo 48 escaños en las elecciones de febrero, pero no alcanzó la mayoría absoluta en el Parlamento de 120 miembros.
Desde la sesión constitutiva del 15 de abril, se han celebrado decenas de votaciones consecutivas, todas bloqueadas por la oposición. Kurti, ahora en funciones, y su partido intentan evitar a toda costa una repetición electoral. Según la legisladora de Vetëvendosje, Saranda Bogujevci, "no estamos interesados en nuevas elecciones, por supuesto, si se toma la decisión de ir a nuevas elecciones, entonces lo respetaremos y seguiremos adelante con ello. El Tribunal Constitucional lo considera la única opción para salir de esta situación".
El punto de conflicto se centra en el procedimiento de votación: Vetëvendosje defiende el voto secreto, mientras que los partidos opositores exigen el voto abierto, tal como establece la Constitución. El Partido Democrático de Kosovo (PDK), de derecha; la Liga Democrática de Kosovo (LDK), de centro-derecha; y la presidenta Vjosa Osmani han solicitado al Tribunal Constitucional una aclaración formal, después de que el fallo del 26 de junio no resolviera el estancamiento institucional.
¿Nuevas elecciones a la vista?
Otra pieza clave del conflicto es la candidatura de la ministra de Justicia, Albulena Haxhiu, propuesta por Vetëvendosje como presidenta del Parlamento. Según Daut Haradinaj, diputado de la conservadora Alianza para el Futuro de Kosovo (AAK), "la única exigencia era que la votación fuera pública y que se cambiara el candidato a presidente de la Asamblea. Veo que pronto iremos a nuevas elecciones".
Vetëvendosje planteó el voto secreto como una estrategia para lograr apoyos dentro de la oposición, permitiendo que algunos diputados votaran a su candidata sin exponerse a represalias internas. No obstante, los partidos opositores rechazaron esta fórmula por considerarla inconstitucional, lo que llevó al Tribunal Constitucional a intervenir como posible árbitro del conflicto. Aun así, los legisladores opositores mantienen sus dudas sobre la posibilidad de resolver el bloqueo sin acudir nuevamente a las urnas.
Desde la LDK, Vlora Çitaku criticó duramente al primer ministro en funciones: "Las instituciones de Kosovo son rehenes de la obstinación de Albin Kurti. Ofrecimos nuestros compromisos, pero por desgracia, el líder del partido gobernante rechaza la idea de la cooperación". Y añadió: "Kosovo y su futuro son mucho más importantes que las carreras de Albin Kurti y Albulena Haxhiu".
Por su parte, los diputados de Vetëvendosje sostienen que una sentencia del Tribunal Constitucional en 2014 estableció un precedente que otorga al partido ganador de las elecciones el derecho exclusivo a nominar y elegir al presidente del Parlamento. Además, acusan a la oposición de utilizar argumentos constitucionales como pretexto para obstaculizar la formación de otro Gobierno liderado por Kurti. En palabras de Bogujevci, "rechazaron la coalición, sí. Pero en mi opinión, no tenían una razón válida de por qué se negarían si estamos hablando en interés del país".