Las fuerzas internacionales de mantenimiento de la paz dirigidas por la OTAN, conocidas como KFOR, declararon que sus 4.300 efectivos contarán con la ayuda de más de 200 soldados italianos durante el periodo electoral.
La Unión Europea ha creado una misión de observación electoral para supervisar las elecciones parlamentarias en Kosovo previstas para el 9 de febrero. Un equipo de 100 observadores supervisará las elecciones, subrayando "el continuo apoyo de la UE a Kosovo para seguir reforzando su gobernanza democrática", declaró Nathalie Loiseau, diputada francesa al Parlamento Europeo que ha sido nombrada jefa de la misión.
Loiseau subrayó que las elecciones "mostrarán la pluralidad del panorama político de Kosovo". En total, 27 formaciones políticas optarán a 120 escaños en el Parlamento y unos 100.000 votantes inscritos en el extranjero ya han emitido su voto por correo. La minoría serbia del país tiene asegurados 10 escaños en el Parlamento.
Los serbios constituyen aproximadamente el 2,3% de los 1,6 millones de habitantes de Kosovo, según el censo de 2024. Los serbios boicotearon en gran medida ese censo y no han aceptado las cifras, calificándolas de demasiado bajas.
Loiseau afirmó que las elecciones se celebran "en un momento en que las democracias están cuestionadas, a veces amenazadas a nivel mundial, por lo que la importancia de tener una democracia vibrante en Kosovo nunca ha sido mayor".
Las fuerzas internacionales de mantenimiento de la paz dirigidas por la OTAN, conocidas como KFOR, que han aumentado su presencia en Kosovo tras las tensiones del año pasado, declararon que su fuerza de 4.300 efectivos estará reforzada por más de 200 soldados italianos durante el periodo electoral.
Crecientes tensiones entre Kosovo y Serbia
En septiembre de 2023, atacantes serbios mataron a un policía y ocuparon un monasterio ortodoxo en un incidente del que Kosovo culpó a Serbia, acusándola de organizar un complot para apoderarse de su territorio septentrional. Kosovo volvió a culpar a Serbia de una explosión que dañó los sistemas de suministro de agua y electricidad en noviembre del año pasado.
Belgrado negó ambas acusaciones, pero persisten las tensiones entre los dos vecinos. Kosovo era una antigua provincia serbia y declaró su independencia en 2008, una decisión que Belgrado no reconoce.
Tanto la UE como Estados Unidos han instado a ambas partes a aplicar los acuerdos alcanzados hace dos años, que incluyen el compromiso de Kosovo de crear una Asociación de Municipios de Mayoría Serbia. También se esperaba que Serbia cumpliera el reconocimiento de facto de Kosovo.