Representantes estadounidenses y de la OTAN han aludido recientemente a la posibilidad de un avance para obligar a Putin a sentarse a la mesa de negociaciones. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, debe decidir el viernes si da a Ucrania acceso a misiles Tomahawk.
La noticia de que el presidente estadounidense Donald Trump se reunirá con su homólogo ruso, Vladímir Putin, en Budapest con el objetivo de reactivar las conversaciones para poner fin a la guerra en Ucrania no ha sorprendido a Europa ni a los aliados de la OTAN.
Durante una reunión de ministros de Defensa de la Alianza celebrada este miércoles, los representantes de los países miembros expresaron un cauto optimismo ante la posibilidad de avances, especialmente tras el encuentro previsto para este viernes entre Trump y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Hasta el anuncio de la Casa Blanca, realizado la noche del jueves, las expectativas de un alto el fuego o de nuevas negociaciones de paz en Ucrania parecían haberse desvanecido. Las conversaciones se habían enfriado tras la reunión entre Trump y Putin en Alaska, celebrada en agosto, que terminó sin resultados concretos.
Trump estaría frustrado por la falta de compromiso de Putin tras aquella cumbre, según indicaron fuentes cercanas. El mandatario ruso se había comprometido entonces a mantener un encuentro trilateral con Zelenski y el presidente estadounidense, pero posteriormente se retractó del acuerdo.
Fuentes que hablaron con 'Euronews' bajo condición de anonimato señalaron la posibilidad de que se produzcan avances en la reunión prevista para este viernes en la Casa Blanca. A primera vista, el encuentro tiene como objetivo escuchar la decisión final del presidente Trump sobre si Washington autorizará el envío de misiles Tomahawk de largo alcance a Ucrania.
Además, se ha generado un consenso entre los asesores de que Trump pretende mantener el impulso hacia un alto el fuego y reforzar el acuerdo de intercambio de rehenes y prisioneros en Gaza, al tiempo que renueva su interés en el conflicto ucraniano.
Aunque la cuestión central del encuentro del viernes sigue siendo si Trump permitirá a Ucrania acceder a los misiles Tomahawk, fuentes cercanas afirman que el verdadero objetivo sería utilizar esa amenaza como instrumento de presión para obligar a Vladímir Putin a regresar a la mesa de negociaciones.
En una entrevista concedida a 'Euronews', el principal asesor del máximo comandante militar de la OTAN declaró: "Creo que hay una serie de cosas en todo el mundo, correcto, que potencialmente hacen que el movimiento hacia la paz sea más posible", dijo a 'Euronews'.
"Hemos visto los recientes acontecimientos en Oriente Medio, ¿verdad? Que condujo el presidente Trump. Veremos qué pasa el viernes", añadió. El embajador de Estados Unidos ante la OTAN, Matthew Whitaker, señaló que un acuerdo sobre los misiles Tomahawk podría finalmente empujar a Vladímir Putin a la mesa de negociaciones.
"La posibilidad de un ataque profundo podría cambiar el cálculo de Putin y pondría muchas cosas en riesgo, incluida una importante infraestructura energética dentro de Rusia", dijo a los periodistas durante una sesión informativa el martes, antes de la reunión de ministros de Defensa de la Alianza.
"Si alguien puede hacer esto, obviamente es el presidente Trump. Hemos visto noticias históricas procedentes de Oriente Medio en estos últimos días", añadió. Mientras tanto, la Unión Europea y la OTAN están coordinando planes para desarrollar el denominado muro de drones, dentro del esfuerzo europeo por reforzar sus capacidades de defensa y disuasión.
Ambas instituciones sostienen que es urgente avanzar en la modernización tecnológica para proteger el continente frente al incremento de drones y aeronaves rusas que, en las últimas semanas, han violado el espacio aéreo de la OTAN, especialmente en Europa del Este.
En respuesta a estas incursiones, la OTAN ha puesto en marcha la Operación Centinela Oriental, destinada a reforzar de forma inmediata las defensas en el flanco oriental, donde se ha concentrado la mayoría de las tensiones. A medio y largo plazo, el objetivo es proteger todo el continente frente a lo que la Alianza y Bruselas consideran una estrategia beligerante dentro de la guerra híbrida impulsada por Rusia.
"Obviamente, la OTAN está trabajando con la UE y con todos los aliados para reforzar sus defensas aéreas a lo largo del frente oriental", declaró a 'Euronews' el coronel Martin O'Donnell, portavoz del máximo comandante militar de la OTAN, el comandante supremo aliado en Europa (SACEUR).
"El comandante supremo aliado de Europa ve el frente oriental no simplemente como aquellos países que limitan con el este; lo considera una región que se extiende desde el alto norte hasta el mar Negro, el mar Mediterráneo y más allá, tanto en anchura como en profundidad".
"Como ha dicho el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, todos somos naciones del flanco oriental", añadió O'Donnell.