Según un nuevo análisis, las grandes empresas tecnológicas que firmaron un código voluntario de prácticas de la UE contra la desinformación no están haciendo lo suficiente para combatirla.
Según un nuevo informe, Google, Meta, Microsoft y TikTok no están haciendo lo suficiente para luchar contra la desinformación de acuerdo con la legislación de la UE. El Observatorio Europeo de Medios Digitales (EDMO, por sus siglas en inglés) evaluó el periodo comprendido entre enero y junio de 2024 sobre el cumplimiento por parte de estos gigantes tecnológicos de los ocho compromisos básicos del Código de buenas prácticas de la UE en materia de desinformación, un documento voluntario firmado en 2018 que se integrará en la Ley de Servicios Digitales (DSA, por sus siglas en inglés) el 1 de julio.
El grupo encontró que existe una "clara brecha" entre los compromisos de las plataformas en virtud del código de prácticas y las pruebas verificables de su implementación.
"La evaluación detecta lagunas constantes en la transparencia, la supervisión independiente y los resultados mensurables en todos los compromisos", señala el informe, que añade que el código "corre el riesgo de seguir siendo performativo" si las empresas no dan un paso adelante.
Entre los compromisos del código figuran evitar anuncios junto a desinformación, etiquetar eficazmente la información engañosa o falsa y facilitar a los investigadores datos sobre sus plataformas.
Los esfuerzos para luchar contra la desinformación "siguen siendo muy limitados
El estudio examinó si los informes de transparencia de las plataformas contenían "descripciones completas y detalladas" de cómo mitigaban la desinformación y, a continuación, las calificó en una escala de muy deficiente a excelente.
En general, el informe concluyó que los esfuerzos para luchar contra la desinformación "siguen siendo muy limitados, carentes de coherencia y de un compromiso significativo".
El estudio señala que, aunque Meta y Google han puesto en marcha algunas iniciativas para luchar contra la desinformación, con frecuencia son criticadas "por ser superficiales o simbólicas".
Por ejemplo, el informe constata que el acceso a herramientas como las etiquetas de Google y Meta para anuncios políticos y comprobación de hechos, junto con las "herramientas de integridad de contenidos" de Microsoft, sigue siendo un problema, agravado por lo que denominan "falta de datos" sobre cuántos usuarios interactúan con ellas por países.
"No hay cifras sobre la participación de los usuarios, ni resultados comunicados, ni indicación alguna de la escala real de estos esfuerzos", dice el informe.
El mismo problema se plantea al evaluar los compromisos de la plataforma con la alfabetización mediática.
Proyectos como 'We Think Digital' de Meta, una asociación de Microsoft con el sistema de clasificación de noticias NewsGuard, y 'Más sobre esta página' de Google, son iniciativas "de alto nivel" sin datos mensurables.
Según los investigadores, estas medidas plantean dudas sobre si son sólo "gestos declarativos".
Meta, Google y TikTok también ofrecen paneles de comprobación de hechos, avisos a los usuarios, notificaciones o etiquetas que explican cómo la información podría ser incorrecta o engañosa, pero las empresas no incluyen datos reales sobre su funcionamiento.
Google, en concreto, informa de "cifras de alcance a gran escala" para sus paneles de verificación de hechos, pero no proporciona "datos significativos", como el cambio de comportamiento de los usuarios después de verlos.
A la hora de proporcionar a los investigadores datos para estudiar la desinformación en las grandes plataformas, sólo TikTok recibió un aprobado. Aun así, los investigadores encuestados por el EDMO señalaron dificultades para obtener datos de la base de datos Research API de la plataforma debido a su "opaco proceso de solicitud".
Las demás plataformas proporcionan acceso a "determinados conjuntos de datos" a través de programas para investigadores, pero acceder a ellos sigue siendo "muy restringido", señalan los autores.
EDMO utilizó los informes de transparencia semestrales de las empresas procedentes de las plataformas en línea, una encuesta a expertos y su propia investigación interna para elaborar su análisis del cumplimiento.