A pesar de que el cambio climático es una de las principales prioridades de la mayoría de los alcaldes de 54 ciudades, una quinta parte de ellas no cuenta con un equipo dedicado a la adaptación al cambio climático.
Una nueva encuesta de Eurocities Pulse revela que las amenazas climáticas están avanzando más rápido que la capacidad de las ciudades europeas para adaptarse. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), Europa es el continente que se calienta con mayor rapidez y afrontará fenómenos extremos cada vez más intensos.
Entre los riesgos urbanos más urgentes destacan las olas de calor, las inundaciones y las sequías. Más del 75% de la población europea vive en centros urbanos, situándola en primera línea frente a los impactos del cambio climático.
El sondeo analizó 54 ciudades de 17 países europeos, incluidos Portugal, Italia, Alemania, España y Francia, y muestra que el 80% ha desarrollado o está desarrollando planes de respuesta de emergencia relacionados con el clima. Paralelamente, el 78% ya cuenta con sistemas de alerta temprana o los está implementando para avisar a la ciudadanía ante amenazas climáticas.
En materia de construcción, el 81% de las ciudades han elaborado nuevas normativas de edificación centradas en la resiliencia, y el 56% realiza evaluaciones de riesgos climáticos cada dos o tres años. No obstante, el 13% todavía no limita la construcción en zonas inundables.
¿Quién financia la adaptación climática?
La acción por el clima continúa siendo la principal prioridad en 2025 para casi un centenar de alcaldes, y más de la mitad la sitúan en primer lugar por tercer año consecutivo, según Eurocities Pulse Mayors. Aun así, el panorama de recursos sigue siendo desigual: el 61% de las ciudades dispone de hasta 10 empleados dedicados a la adaptación, mientras que el 19% carece de personal especializado.
La falta de financiación, la escasez de personal y la débil coordinación entre organismos siguen siendo los grandes obstáculos para mejorar la planificación de emergencias. En este contexto, los ingresos municipales (87%) y los fondos europeos (83%) son las vías de financiación más accesibles para impulsar la adaptación.
"Las ciudades europeas están trabajando para proteger a las personas y las infraestructuras, pero no pueden hacerlo solas", afirma Haris Doukas, comisario en la sombra de Eurocities para la resiliencia climática y alcalde de Atenas. "Necesitan urgentemente un apoyo nacional y de la UE más fuerte y a largo plazo, especialmente financiación y desarrollo de capacidades, para garantizar que todas sus operaciones, activos y espacios sean resilientes ante escenarios climáticos realistas, salvaguardando a las ciudades y a los ciudadanos frente a las crecientes amenazas del cambio climático".