El préstamo de reparaciones para Ucrania demostrará a Washington que Europa da pasos "muy creíbles" para poner fin a la guerra, dijo el lunes la alta representante. Esto se produce después de que el primer ministro belga advirtiera de que la propuesta podía hacer descarrilar el proceso diplomático.
La aprobación del préstamo de reparaciones para Ucrania dará a la Unión Europea una mayor influencia en la mesa de negociaciones para poner fin a la guerra de Rusia, ha dicho la alta representante, Kaja Kallas, en respuesta a las recientes advertencias del primer ministro belga. "Sin duda, reforzará la posición europea frente a Moscú, eso está muy claro. Tenemos que seguir adelante con esto", declaró Kallas el lunes tras una reunión de ministros de Defensa de la UE.
El préstamo, argumentó, enviará un triple mensaje en esta fase del proceso. "A Ucrania, que estamos ahí para ayudarles a defenderse. El segundo mensaje a Moscú, que no pueden durar más que nosotros. Y el tercer mensaje a Washington, que estamos dando pasos muy firmes y muy creíbles", dijo.
Los rusos "no quieren que se haga este préstamo de reparaciones. Así que nuestra respuesta debe ser exactamente la contraria", añadió. El préstamo para reparaciones es una de las tres opciones presentadas por la Comisión Europea para cubrir las necesidades financieras y militares de Ucrania durante los próximos dos años.
Según el plan, el bloque canalizaría los activos inmovilizados del Banco Central ruso a Ucrania como unalínea de crédito a interés cero. Se pediría a Kiev que devolviera el préstamo sólo si Moscú accedía a compensar los daños causados por su guerra de agresión.
El grueso de los activos, unos 185.000 millones de euros, se encuentra en Euroclear, depositario central de valores en Bélgica.
Esto ha convertido al país en el voto cardinal del debate. La semana pasada, el primer ministro belga, Bart De Wever, envió una mordaz carta a la Comisión, en la que arremetía contra la propuesta por ser "fundamentalmente errónea" y estar plagada de "múltiples peligros" que podrían provocar pérdidas multimillonarias en los tribunales.
"Nunca comprometeré a Bélgica a asumir por sí sola los riesgos y peligros que se derivarían de la opción de un préstamo para reparaciones", escribió De Wever, que describió el proyecto no probado como un obstáculo para el actual impulso de la Casa Blanca para llegar a un acuerdo entre Ucrania y Rusia. "Avanzar precipitadamente en el proyecto de préstamo de reparaciones tendría, como daño colateral, que nosotros, como UE, estamos impidiendo de hecho alcanzar un eventual acuerdo de paz", escribió el primer ministro belga.
Desde que el borrador de 28 puntos les pilló desprevenidos, los europeos se han apresurado a reafirmar su voz en el rápido proceso y ayudar a Kiev a enmendar los aspectos más problemáticos del texto, incluido un modelo muy controvertido para convertir los activos rusos en oportunidades de inversión tanto para Washington como para Moscú.
El texto ha cambiado considerablemente tras varias rondas de negociaciones. "Me temo que toda la presión recaerá sobre la parte más débil, porque es la forma más fácil de detener esta guerra cuando Ucrania se rinda, pero esto no interesa a nadie", dijo Kallas. "Si esto (la invasión) da resultado, lo veremos en otros lugares, en todo el mundo".
Se prepara un plan B
La descarada intervención de De Wever ha hecho saltar las alarmas. Los líderes de la UE deben decidir una nueva fuente de financiación para Ucrania cuando se reúnan el 18 de diciembre. Si el préstamo para reparaciones fracasa, el bloque tendrá que reunir al menos 45.000 millones de euros para cubrir las necesidades de Kiev hasta 2026.
En opinión de De Wever, el endeudamiento común "resultaría, de hecho, más barato que otras opciones, en particular la opción de un préstamo de reparaciones, si se tienen en cuenta todos los riesgos".
Pero para Kallas, recurrir a los activos rusos es la "opción más viable", ya que evitaría que los tesoros nacionales paguen la factura y haría pagar a Moscú por los estragos que ha causado. Las contribuciones bilaterales darían lugar a un reparto desigual de la carga, mientras que la deuda conjunta está "fuera de cuestión" para algunas capitales, dijo la alto representante.
De Wever ha dicho que sólo aprobaría los préstamos de reparación si los líderes de la UE ofrecen, por escrito, amplias garantías para respaldar los activos rusos y todos los riesgos asociados para Bélgica y Euroclear. En total, la cobertura podría superar ampliamente los 185.000 millones de euros. "No disminuyo en absoluto las preocupaciones que tiene Bélgica, pero podemos abordarlas. Podemos asumir esos riesgos juntos", declaró Kallas a la prensa. "Definitivamente, tenemos que avanzar".
Otros ministros de Defensa se hicieron eco de su opinión de cara a la reunión del lunes.
"Es muy importante presionar más a Rusia, por ejemplo, utilizando los activos congelados", dijo el neerlandés Ruben Brekelmans. "Ya es hora de utilizar el préstamo de reparaciones para apoyar a Ucrania", dijo el sueco Pål Jonson, señalando que la combinación de una elevada deuda y un bajo crecimiento en toda Europa hace que sea más difícil para los Estados miembros pagar el apoyo de su bolsillo.
A pesar del amplio apoyo que ha recabado el préstamo de reparaciones, la resistencia belga sigue siendo formidable. Como sede de Euroclear, es improbable que la mayoría intente votar más que el país y sacar adelante el plan sin su bendición.
El complejo punto muerto ha llevado a funcionarios y diplomáticos de la UE a plantearse seriamente una solución financiera de emergencia para tapar las carencias más inmediatas de Ucrania. El método provisional podría presentarse esta misma semana, cuando la Comisión desvele los textos legales del préstamo para reparaciones.
A la presión se suma el programa de 8.100 millones de dólares que el Fondo Monetario Internacional (FMI) debe conceder a Ucrania. Para que el FMI tome una decisión definitiva, necesitará compromisos firmes de los aliados europeos que garanticen la estabilidad macroeconómica de Kiev.
Tras recibir en París al presidente Volodímir Zelenski, el presidente francés, Emmanuel Macron, dijo tener "mucho respeto" por De Wever y sus "legítimas" preocupaciones, y confió en que se encuentre una "solución adecuada" antes de las vacaciones de Navidad.