Así es este gorro para pensar. A diferencia de otros sistemas de descodificación del lenguaje en desarrollo que requerían que los sujetos se sometan a implantes quirúrgicos, este gorro no requiere sistemas invasivos.
Imagínese enviar mensajes de texto a sus amigos y familiares controlando el teléfono sólo con el pensamiento. Esta idea fue en su día material de ciencia ficción. Hoy, la idea de conectar el cerebro humano a los ordenadores está cada vez más cerca de hacerse realidad gracias al rápido desarrollo de la inteligencia artificial (IA).
Hasta ahora, las tecnologías que permiten transformar pensamientos en texto han requerido a menudo un implante cerebral. Ahora, científicos de la Universidad Tecnológica de Sídney utilizan un dispositivo similar a un gorro para explorar cómo la IA puede interpretar la actividad cerebral.
El gorro, dotado de IA, monitoriza los patrones de ondas cerebrales de la persona que la lleva y convierte sus pensamientos en lenguaje escrito. El equipo responsable del descodificador afirma que el sistema se basa en dos tipos distintos de IA para interpretar las señales de las ondas cerebrales.
Una precisión de casi el 75%
"En primer lugar, utilizamos el modelo de aprendizaje profundo para traducir las señales cerebrales en las palabras deseadas", explica Chin-Teng Lin, investigador de la Universidad Tecnológica de Sídney.
"Y después, utilizamos el modelo de lenguaje amplio para hacer coincidir las palabras descodificadas y compensar los errores de descodificación del EEG", añade. Los resultados están cerca, pero no son impecables, con una precisión de alrededor del 75%. El equipo afirma que está trabajando para alcanzar una precisión del 90%.
Podría ayudar a los pacientes con ictus
Hasta ahora, otros sistemas de descodificación del lenguaje en desarrollo han requerido implantes quirúrgicos o resonancias magnéticas funcionales. En 2023, saltó a los titulares un estudio sobre un paciente con ictus capaz de volver a comunicarse gracias a una interfaz cerebro-ordenador y un generador de voz de IA.
El año pasado, el chip cerebral Neuralink de Elon Musk se implantó por primera vez en un cráneo humano. Los especialistas afirman que podría contribuir a la recuperación de pacientes que han sufrido un ictus.
"Como científicos, nos fijamos en una dolencia y observamos qué función se ha visto afectada por esa dolencia. ¿Cuál es la necesidad del paciente?". explica Mohit Shivdasani, investigador de bioelectrónica de la Universidad de Nueva Gales del Sur.
"A continuación, abordamos esa necesidad insatisfecha mediante tecnología para devolver esa función a lo que era. Después de eso, el cielo es el límite", añadió Shivdasani.