Un informe del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) identifica como responsable a Rusia de la propagación de la peste porcina africana (PPA) en la UE. El brote ha contagiado ya a 13 países europeos y, por primera vez desde 1994, se detecta en jabalíes en España, con 13 casos.
El Gobierno español apunta a Rusia como uno de los principales responsables de la propagación de la peste porcina africana (PPA) en la Unión Europea, según un informe interno del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) fechado el 13 de noviembre. El documento detalla que el virus entró en Rusia desde el Cáucaso en 2007 y se expandió hacia el norte entre 2011 y 2012 debido a fallos en bioseguridad, producción al aire libre y prácticas como la alimentación del ganado con restos de comida. Estos factores, según el informe, habrían favorecido que la enfermedad se consolidara y posteriormente alcanzara distintos países del este europeo hasta afectar a 13 Estados miembros en 2025.
La reaparición del virus en territorio europeo coincide con el primer brote en España desde 1994, tras la confirmación de 13 jabalíes infectados en el área de Collserola, en Cerdanyola del Vallès (Barcelona). Las autoridades catalanas han prohibido el acceso al medio natural en 91 municipios, han activado dos perímetros de seguridad y han reforzado la vigilancia en 39 explotaciones porcinas, todas con resultados negativos hasta el momento. La Comisión Europea ha enviado un equipo de expertos veterinarios para apoyar la respuesta en la zona.
El origen del brote en Cataluña sigue bajo investigación. La generalitat considera plausible la hipótesis de que restos cárnicos contaminados, como derivados del cerdo procedentes del extranjero, hubieran sido abandonados en un área de tránsito y consumidos por jabalíes, un mecanismo de contagio documentado en brotes anteriores dentro de la UE. También se manejan escenarios de diseminación natural entre poblaciones de fauna silvestre, aunque no hay indicios de que el virus haya llegado a explotaciones domésticas.
La confirmación del brote ha reavivado la preocupación en el sector porcino, uno de los pilares de la industria agroalimentaria española y dependiente de la exportación. Organizaciones del sector advierten de que la incertidumbre sobre posibles restricciones comerciales puede generar un impacto económico significativo si el virus se acerca a granjas de producción intensiva.
En respuesta, el Gobierno ha constituido un comité científico para coordinar la gestión de la crisis, reforzar las medidas de bioseguridad e intensificar la vigilancia en todo el territorio. Aunque la PPA no afecta a humanos, su elevada mortalidad en cerdos y jabalíes y la ausencia de una vacuna eficaz obligan a actuar con rapidez. Las autoridades insisten en evitar dejar restos de comida en entornos naturales, seguir las directrices de movimiento de animales y comunicar cualquier hallazgo de fauna silvestre enferma o muerta, con el fin de impedir nuevas cadenas de transmisión que puedan comprometer al conjunto del sector porcino europeo.
¿Una posible fuga de laboratorio?
Por otra parte, el Ministerio de Agricultura ha abierto una investigación complementaria para aclarar el origen del virus detectado en Collserola, tras confirmar que la variante encontrada en los jabalíes no coincide con las cepas que actualmente circulan en Europa. Según el informe técnico publicado por el propio Ministerio el 5 de diciembre, el análisis genético revela similitudes con linajes antiguos asociados a la introducción del virus en el Cáucaso en 2007, lo que obliga a explorar vías de entrada poco habituales.
A raíz de estos datos, MAPA ha solicitado la intervención de unidades especializadas para examinar escenarios que incluyen una posible fuga accidental vinculada a instalaciones de biocontención o laboratorios que manipulan el virus con fines de investigación. Centros científicos situados en el área metropolitana han asegurado que no han registrado fallos en sus protocolos de seguridad, pero el Ministerio considera necesario descartar cualquier hipótesis siguiendo los procedimientos de investigación epidemiológica.
El comunicado del 5 de diciembre añade que también se revisarán movimientos recientes de muestras, gestores de residuos, rutas de transporte y cualquier actividad que pudiera haber facilitado la llegada de un linaje no presente en la fauna europea actual. La investigación se encuentra en fase inicial, y el Ministerio insiste en que, por el momento, no existen indicios de transmisión a explotaciones domésticas ni pruebas concluyentes sobre el origen exacto del brote.