Un nuevo informe europeo advierte de la carga que suponen las enfermedades cardiovasculares, la principal causa de muerte en las dos últimas décadas y que en la actualidad representa un tercio de todos los fallecimientos anuales.
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte y discapacidad en la Unión Europea, son responsables de cerca de 1,7 millones de muertes anuales y afectan a 62 millones de personas, según la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
Las enfermedades cardiovasculares son aquellas que afectan al corazón y los vasos sanguíneos, como el infarto de miocardio, el ictus y la insuficiencia cardiaca. En los últimos 50 años, la esperanza de vida ha aumentado considerablemente en los países europeos, en gran parte gracias a los avances en la prevención y el tratamiento de las ECV y sus factores de riesgo, pero estas afecciones siguen siendo la principal causa de muerte.
En la mayoría de los países de la Unión Europea, la tasa de mortalidad por enfermedades circulatorias es entre un 26% y un 60% superior en los hombres que en las mujeres. Las ECV pueden estar causadas por múltiples factores, comúnmente clasificados como no modificables y modificables.Los factores de riesgo no modificables -como el sexo, la edad, los antecedentes familiares y el origen étnico o racial- son aquellas características individuales inherentes que pueden aumentar el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular. Los factores de riesgo modificables incluyen factores clínicos, metabólicos, de estilo de vida, de comportamiento y ambientales.
A nivel mundial, el 83% de todas las muertes por ECV en 2021 eran atribuibles a factores de riesgo modificables, mientras que en la UE esta cifra se redujo al 76%. Los factores de riesgo metabólicos son el grupo predominante, ya que representan alrededor del 70% de las muertes por ECV a nivel mundial y el 68% en la UE. Se trata de la hipertensión, la hiperglucemia y el colesterol.
Los riesgos relacionados con el comportamiento, como el tabaquismo, una dieta poco saludable y el consumo nocivo de alcohol, constituyen el segundo grupo más importante, con alrededor del 42% de las muertes por ECV en el mundo y el 37% en la UE.
- Más allá de las muertes, las ECV también afectan a la calidad de vida de las personas. Los datos mostraron que, en todas las dimensiones medidas -bienestar, funcionamiento social, salud física y salud mental-, las personas con ECV presentan resultados significativamente peores que las que no la padecen.
Las personas que han padecido o padecen una enfermedad cardiovascular suelen estar físicamente limitadas, ya que sufren fatiga y dificultad respiratoria, lo que restringe su movilidad. También padecen mayores niveles de ansiedad y miedo a sufrir episodios cardíacos recurrentes, así como dificultades para adaptarse a los cambios de estilo de vida y a los regímenes de medicación a largo plazo.
Diferencias en Europa
El informe de la OCDE muestra que, aunque las ECV son una carga en toda Europa, no todos los países las sufren en la misma medida. Entre 2012 y 2022, la mortalidad por enfermedades circulatorias se redujo en todos los Estados miembros de la UE, con un descenso medio del 20% entre los hombres y del 22% entre las mujeres.
Países como Francia, Dinamarca y España registraron tasas inferiores a 220 muertes por cada 100.000 habitantes en 2022, mientras que Bulgaria, Rumanía y Letonia superaron las 800 muertes por cada 100.000 habitantes. El informe muestra que los países de Europa Central y Oriental tienen una mayor prevalencia de factores de riesgo modificables como el tabaquismo, la obesidad, el consumo nocivo de alcohol y la inactividad física. Las tasas de obesidad oscilan entre el 7% en Italia y más del 20% en países como Lituania, Finlandia, Estonia, Hungría, Letonia y Malta.
En 2023, las tasas de tabaquismo diario oscilaban entre el 23% o más en países como Bulgaria, Grecia, Hungría y Francia, y por debajo del 12% en Dinamarca, Finlandia y Suecia. El consumo de fruta era más bajo en Bulgaria, Letonia, Lituania y Rumanía.
El alto precio de las enfermedades cardiovasculares
Según el informe, las enfermedades cardiovasculares no sólo se cobran un alto precio en la salud de las personas, sino que son desde hace tiempo una de las principales causas de gastos sanitarios y pérdidas económicas en la Unión Europea: la OCDE las describió como "no sólo una crisis sanitaria, sino también un importante reto social y económico".
Según el análisis más reciente, la carga económica total de las ECV en la UE asciende a 282.000 millones de euros anuales, lo que equivale aproximadamente al 2% del producto interior bruto de la región, lo que supone un aumento respecto a los 169.000 millones de euros de 2003.
Según la OCDE, este aumento se debe no sólo a los gastos sanitarios directos, sino también a las crecientes pérdidas de productividad y a las necesidades de cuidados informales, lo que subraya la urgencia de contar con estrategias eficaces de prevención y gestión a largo plazo.
¿Cómo aborda la UE esta cuestión?
El denominado 'Plan Corazones Seguros' de la Comisión Europea pretende ofrecer un marco político global que ayude a los Estados miembros y a las partes interesadas a mejorar la salud cardiovascular, como recomienda la OCDE en su informe.
"En la publicación se señala la necesidad de una actuación más enérgica y coordinada en toda la UE para hacer frente al aumento de la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares debido a factores como el envejecimiento de la población.