Ha publicado varios libros culinarios y viaja por todo el país en busca de recetas estimulantes. El reputado chef es el anfitrión de la periodista de Euronews, Galina Polonskaya, en el espacio 'Taste'.
Bahriddin Chustiy es uno de los cocineros y restauradores más famosos de Uzbekistán. Su misión es hacer famosa la comida uzbeka en todo el mundo. Ha publicado varios libros culinarios y viaja por todo el país en busca de recetas estimulantes. El reputado chef es el anfitrión de la periodista de Euronews, Galina Polonskaya, en el espacio 'Taste'.
La reportera descubre, junto al célebre cocinero, el mercado central de Tashkent; van a elegir los ingredientes de uno de los platos locales más populares.
¿Qué va a cocinar hoy?, pregunta la reportera.
"Un plato sin el que es imposible imaginar la cocina uzbeka: chuzma lagman, que significa fideos estirados. En la cocina uzbeka, las especias juegan un papel muy importante, y el lagman requiere dos especias principales: anís estrellado y pimienta de Sichuan", explica Bahriddin Chustiy.
"El lagman apareció en la zona en la que se encuentra Uzbekistán durante la época de la Gran Ruta de la Seda y es uno de mis platos favoritos. Primero pongo a hervir el caldo de carne, y ahora tengo que marinar la carne; cuanto más tiempo esté marinada, mejor", añade.
¿He entendido bien que lo más difícil de esta receta es la masa?, interroga la autora del reportaje.
"Sí. No en todos los hogares se atreven a hacerla. Pero, en realidad, es muy sencilla. Lo más importante es trabajar bien la masa. A la masa le encantan los puños", indica el famoso chef y restaurador.
Así que, ¿hay que amasar con los puños? ¿Cuántos minutos hay que amasar?, quiere saber Galina Polonskaya.
"Al menos 15 o 20 minutos. Luego se pone la masa bajo un film transparente durante 20 o 30 minutos para que la masa repose y no se seque. Trabajamos la masa reposada. Su grosor debe ser de uno o dos centímetros. La cortamos en capas, y luego hacemos una especie de salchichas. Después hacemos unas espirales y las cubrimos con el film transparente, de nuevo, y tenemos que hacer eso, por lo menos, tres o cuatro veces", señala Bahriddin Chustiy.
"La masa para el pueblo uzbeko es igual que la carne, no podemos imaginarnos la vida sin carne, o sin masa", añade.
Mientras la masa sube, el jefe de cocina y su 'nueva 'ayudante, preparan las verduras para la salsa.
¿Cómo se eligen las verduras?, pregunta la periodista.
"Lo más importante es que haya diferentes colores en la salsa, para que combinen armoniosamente entre sí. Eso es lo que hace que se despierte nuestro apetito. Hay que freír las verduras muy rápidamente para que queden crujientes y no pierdan sus propiedades nutritivas", afirma el chef.
"Para mí, es un placer, no hay que tener miedo. Si la masa se hace correctamente, entonces, todo saldrá bien. Lo principal es hacerlo rápidamente y cocinar inmediatamente", asegura Bahriddin Chustiy.
Fideos al dente, verduras crujientes, y exquisito aroma a especias. Una combinación que, a la reportera, le parece increíble, y muy sabrosa.
"¡Buen provecho! ¡Osh bursen!", exclama el célebre cocinero y restaurador, en el momento de probar, junto a la periodista, el plato que ha cocinado: uno de los manjares de la cocina uzbeka.