Detenido un francés tras robar 41 kg de guijarros en una playa de Cerdeña. Puede parecer un problema menor, pero robar arena y piedras, puede contribuir "significativamente a la reducción de las playas". En la isla italiana, las multas pueden ser de hasta 3 000€.
PUBLICIDADUn hombre ha sido detenido tras robar una enorme cantidad de guijarros de una playa protegida de Cerdeña.
Es normal volver a casa de vacaciones con un recuerdo. Pero quédese con un imán o una bola de nieve y evite las piedras preciosas.
Un francés se enfrenta a una multa de hasta 3 000 euros después de que la policía encontrara en el maletero de su coche 41 kilos de guijarros y piedras procedentes de la inmaculada playa de Lampianu.
Fue interceptado cuando intentaba embarcar en un ferry de Porto Torres al puerto francés de Niza.
Las playas de arena blanca de Cerdeña son famosas en todo el mundo, pero coger, guardar o vender arena, guijarros, piedras o conchas de la costa o el mar se castiga con multas de hasta 3 000 euros.
Los turistas pueden incluso enfrentarse a penas de cárcel si son condenados por el cargo de robo con el agravante de haber sustraído un bien de utilidad pública.
En 2019, una pareja francesa fue sorprendida con 14 botellas de plástico llenas de arena, que pesaban 40 kg.
¿Cuál es el impacto medioambiental del robo de arena y guijarros de las playas?
Puede parecer un problema menor, pero robar arena y guijarros de las playas puede tener graves consecuencias ecológicas.
Tras la detención de 2019, el científico medioambiental sardo Pierluigi Cocco las explicó a la BBC.
"Solo una fracción de los turistas que visitan Cerdeña dedican su tiempo a excavar hasta 40 kg de arena cada uno", argumentó.
"Pero si multiplicas la mitad de esa cantidad por el 5% del millón de turistas al año, en pocos años eso contribuiría significativamente a la reducción de las playas".
En 2021, el grupo de campaña "Cerdeña robada y saqueada" ("Sardegna rubata e depredata") calculó que a mediados de agosto se habían llevado al menos seis toneladas de arena de las playas de la isla.
"La mayoría de la gente no tiene realmente un motivo", escribió un activista de la campaña "Cerdeña robada y saqueada" en su página de Facebook.
"Quizá para despertar la envidia de amigos y parientes, para revivir la emoción de las vacaciones en su salón o incluso para decorar un acuario".
"(Es probable que los turistas) intenten desesperadamente, pero por desgracia en vano, llevarse un trozo [en] sus manos, en lugar de conservar los recuerdos en la memoria y en el corazón".