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Así lidia la República Checa contra el turismo masivo: Desde medidas contra Airbnb hasta prohibiciones de disfraces horteras

Praga llena de turistas (imagen de archivo)
Praga llena de turistas (imagen de archivo) Derechos de autor AP Photo/Michael Probst
Derechos de autor AP Photo/Michael Probst
Por Angela Symons
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Este artículo se publicó originalmente en inglés

Este país quiere tomar medidas enérgicas contra los alojamientos turísticos para luchar contra los visitantes ruidosos y la evasión fiscal.

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Los habitantes de las zonas turísticas están hartos de los elevados precios de los alquileres y de la escasez de viviendas provocada por los alquileres vacacionales de corta duración. Siguiendo el ejemplo de ciudades como Londres, Dublín, Ámsterdam y París, otro destino europeo está tomando medidas enérgicas contra los alquileres tipo Airbnb.

La nueva normativa propuesta por el Gobierno checo podría limitar el número de alojamientos turísticos de corta duración disponibles en ciudades tan populares como Praga. Se espera que la medida reduzca los precios inmobiliarios y garantice que los residentes no se vean expulsados por los turistas.

¿Cómo podría limitar Chequia los alquileres tipo Airbnb?

Un proyecto de ley aprobado este mes por el Gobierno checo permitiría a municipios y ciudades limitar los alojamientos tipo Airbnb. Esto podría incluir la limitación del número de días que una propiedad puede alquilarse al año, así como la definición de una cantidad mínima de espacio requerido por huésped como ya ha sucedido en otras ciudades europeas.

También impondría normas más estrictas e impuestos locales a las casas de huéspedes, Airbnbs y otros alquileres vacacionales, equiparando sus obligaciones a las de los hoteles tradicionales.

Los propietarios deberán registrar los datos del alojamiento y de los huéspedes a través de una nueva plataforma llamada eTurista. Se facilitará un número de registro de la propiedad, que deberá figurar en los listados de alojamientos.

Si se aprueba, se espera que el nuevo sistema ayude a aumentar la supervisión de los alquileres a corto plazo, muchos de los cuales operan actualmente en una zona gris.

En la actualidad, las autoridades calculan que entre el 40 y el 70% de las estancias a través de plataformas online no se declaran, lo que podría suponer casi 32 millones de euros anuales en impuestos perdidos. La nueva normativa podría entrar en vigor en julio de 2025.

¿De qué otra forma controla Praga a los turistas?

Además de controlar los alojamientos de alquiler, las nuevas normas pretenden limitar el número de apartamentos turísticos en el centro de las ciudades, reduciendo así las molestias acústicas.

En Praga, en concreto, los turistas alborotadores están expulsando a los habitantes del casco antiguo de la capital. Por eso, los concejales de distrito han acogido con satisfacción las medidas contra Airbnb.

No será su primer intento de frenar a los visitantes ruidosos. A principios de este año, uno de los ayuntamientos propuso prohibir los disfraces extravagantes de las despedidas de soltero y soltera, que, en su opinión, fomentan el consumo de alcohol y el comportamiento ruidoso en el popular barrio nocturno de Praga. Algunos concejales sugirieron que los atuendos "socialmente inaceptables" contribuían al ruido y el desenfreno nocturnos, sobre todo en los pubs organizados.

El año pasado se rechazó una propuesta del distrito de limitar los horarios comerciales en el centro de la ciudad. Sin embargo, en julio se aprobó la prohibición de que los coches entraran por la noche en parte del casco antiguo para reducir el ruido en la zona. Impide que los vehículos entren en el casco histórico entre las 10 de la noche y las 6 de la mañana.

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