Llevaban más de sesenta años separados, desde el estallido de la Guerra de Corea (1950-1953) que dejó a unos en el norte y a otros en el sur. Un grupo de 400 surcoreanos, la mayoría octogenarios, ha podido reencontrarse con sus seres queridos más queridos, padres, hijos o hermanos. Todo gracias a un acuerdo entre ambos países, auspiciado por la Cruz Roja, que estaba suspendido desde hace más de un año y medio.
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