El lago Morii se creó en 1998 en Rumanía, cerca de la capital. Para construirlo hubo que trasladar casas, escuelas, una iglesia y un cementerio. Pero no se trasladaron todas las tumbas, lo que alimentó las historias de almas perdidas, fantasmas errantes y espeluznantes luces nocturnas que se ven
Aunque el lago es ahora una popular zona de recreo para los habitantes de Bucarest, conserva su reputación de lugar embrujado, lo que contribuye a la espeluznante atmósfera del festival.