Los esqueletos y los fantasmas manejando distintas bicis se apoderaron de las calles de México para celebrar el Día de los Muertos, una festividad de varios días de duración que conmemora a los difuntos y en donde a menudo se torna en un tono humorístico para recordar a amigos y a familiares con anécdotas divertidas.
Muchos iban vestidos de Catrinas, las míticas calaveras adornadas con flores que representan la dualidad entre vivos y muertos. Para Claudia, una profesora de 43 años, el acontecimiento es maravilloso y pide más días como este: "Creo que debería haber más momentos como éste, quizá no esperar a una celebración en particular, sino que se abran más espacios a los ciclistas".