El vuelo, que partió de un helipuerto en Manhattan, duró menos de 18 minutos antes de desintegrarse en el aire y caer al agua. Varios vídeos en redes sociales mostraron restos cayendo al agua mientras los botes de rescate acudían al lugar del siniestro.
Los escombros fueron levantados del río con una grúa más tarde esa noche. Actualmente se está llevando a cabo una investigación sobre el accidente. El reciente aumento de incidentes mortales en la aviación en EE.UU. ha intensificado las exigencias de una regulación y supervisión más estrictas.