Los disturbios, liderados por grupos de jóvenes que se autodenominan Generación Z, ocurren en medio de un fuerte aumento de asesinatos y casos de extorsión reportados en todo el país.
Si bien la Generación Z se refiere globalmente a personas menores de 30 años, el movimiento peruano se ha expandido para incluir a miembros de sindicatos y familiares de civiles asesinados durante las manifestaciones antigubernamentales de 2022 y 2023. Los enfrentamientos estallaron cerca del edificio del Congreso, donde los manifestantes intentaron desmantelar las barreras metálicas y fueron confrontados por la Policía antidisturbios. Varias personas de ambos bandos resultaron heridas, según informes locales.
Las protestas siguen a la destitución de la expresidenta Dina Boluarte el pasado viernes, después de que los principales partidos del Parlamento retiraran su apoyo a menos de seis meses de las elecciones generales. José Jerí, un legislador de 38 años, asumió la presidencia de manera interina, enfrentando a un país nuevamente sumido en la inestabilidad política y una creciente indignación pública.