El exdictador sirio Bashar al Assad vive en Moscú bajo estricta supervisión rusa, con apariciones públicas prohibidas, movimientos limitados y ninguna actividad política desde que huyó de Damasco en diciembre de 2024.
Bashar al Assad reside en Moscú bajo estrictas restricciones impuestas por Rusia casi un año después de huir de Siria, con sus movimientos limitados y las apariciones públicas prohibidas, según múltiples informes. El expresidente sirio, quien huyó de Damasco el 8 de diciembre de 2024 cuando las fuerzas lideradas por el ahora presidente interino Ahmed al Sharaa tomaron la capital, solo emitió una declaración pública ocho días después de su partida.
En esa declaración del 16 de diciembre, Al Assad afirmó que su salida "no estaba planeada" y que tenía la intención de continuar combatiendo, pero Moscú insistió en su "retirada inmediata". Desde entonces, Al Assad ha mantenido un silencio casi absoluto. Su hijo mayor, Hafez —llamado así por el padre de Bashar, cuyo Gobierno heredó—, publicó un video a mediados de febrero en el que se le ve caminando cerca del Kremlin, relatando la precipitada salida de la familia de Siria, pero el propio al Assad no ha hecho más declaraciones públicas.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, confirmó en octubre que Al Assad y su familia residen en Moscú, afirmando que Rusia les concedió asilo por razones humanitarias. Rusia impuso estrictas condiciones a la estancia de al-Asad al concederle asilo en abril de 2025, según el embajador ruso en Irak, Elbrus Kutrashev. Al Assad debe abstenerse de toda aparición en los medios de comunicación y de toda actividad política, declaró Kutrashev a la Agencia de Noticias de la República Islámica.
Del envenenamiento a los videojuegos
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos afirmó en septiembre que Al Assad fue hospitalizado en estado crítico tras un presunto envenenamiento. El grupo de monitoreo indicó que pasó nueve días en un hospital a las afueras de Moscú antes de ser dado de alta el 29 de septiembre.
Lavrov negó los informes de envenenamiento en octubre, afirmando que Al Assad "no tiene problemas para vivir en nuestra capital". Los servicios secretos rusos mantienen a Al Assad bajo una protección excepcionalmente estricta, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en el Reino Unido. Sus movimientos están muy limitados y ha dejado de hablar en público.
La esposa de Al Assad, Asma, fue diagnosticada con leucemia mieloide aguda en mayo de 2024, según anunció la presidencia siria. Anteriormente había luchado contra el cáncer de mama y fue declarada libre de cáncer en 2019. El periódico británico 'The Telegraph' informó a finales de diciembre de 2024 que los médicos le dieron un 50% de probabilidades de sobrevivir, y fuentes indicaron que se encontraba aislada en un hospital de Moscú para evitar la infección.
El semanario alemán Die Zeit informó en octubre que Al Assad reside en el moderno distrito financiero de Moscú, aunque la ubicación exacta aún no está confirmada. Los apartamentos se describen como unidades de lujo con techos altos, ventanales de suelo a techo y acceso a centros comerciales y restaurantes.
Una fuente cercana a la familia Al Assad declaró a 'Die Zeit' que la familia posee varios apartamentos y que a veces se aloja en una villa a las afueras de Moscú. La fuente afirmó que Al Assad "pasa gran parte de su tiempo jugando videojuegos en internet" y trata con guardaespaldas de una empresa de seguridad privada pagada por el Gobierno ruso.
Entre 2018 y 2019, el régimen de Al Assad transfirió unos 250 millones de dólares (237 millones de euros) en efectivo a Moscú, con al menos 18 apartamentos de lujo adquiridos por miembros del clan en la ciudad, según informes de prensa.
El Departamento de Estado de EE. UU. estimó el patrimonio familiar de Al Assad entre 1.000 millones de dólares (950 millones de euros) y 2.000 millones de dólares (1.900 millones de euros) en 2022, financiado con "tráfico de armas y drogas, y la economía de alquiler" a través de empresas fantasma.
El Gobierno de transición sirio, bajo Al Sharaa, ha solicitado la extradición de Al Assad para su juicio. Rusia se ha negado a entregarlo, y el Kremlin sostiene que el presidente Vladímir Putin le concedió personalmente el asilo y que este no sufriría modificaciones.