Al menos 29 personas, entre ellas cinco menores, resultaron heridas después de que Rusia lanzara bombas planeadoras sobre la ciudad de Zaporizhzhia, en el sur de Ucrania, y zonas cercanas, según el gobernador regional Ivan Fedorov.
El ataque nocturno alcanzó barrios residenciales, dejó a las familias conmocionadas y obligó a los equipos de emergencia a trabajar toda la noche.
Las autoridades locales señalaron que varios bloques de viviendas resultaron dañados, además de una instalación de infraestructura y un centro educativo.
Los equipos de rescate inspeccionaron los edificios en busca de riesgos adicionales, mientras los sanitarios atendían a los heridos. Algunos de los afectados fueron trasladados al hospital.