Los tempos, uno católico y otro protestante, se sitúan en el este de la ciudad, y han sido atacados con dos bombas durante la misa dominical. Ambos centros de culto están muy cerca el uno del otro.
Un grupo talibán se ha declarado autor de estas explosiones: Jamaat-ul-Ahrar (JuA) que advirtió de que continuará realizando atentados de ese tipo “hasta que se implemente el régimen islámico”.
Una turba ha quemado vivos poco después del ataque a dos jóvenes a los que se acusaba de haber perpetrado los ataques.
El papa Francisco ha condenado los atentados y ha exigido que se acabe, ha dicho, “la persecución contra los cristianos”. Esta religión es muy minoritaria en Pakistán, un 2% de su población es creyente.
“Condenamos firmemente estos hechos”, ha dicho un líder cristiano local, el padre Bernard Yousus Bhatti, “y pedimos al Gobierno que proteja a los practicantes de todas las religiones, incluidos los lugares musulmanes. En Pakistán las minorías están desprotegidas”.
El Gobierno del país ha llevado a cabo una serie de medidas en los últimos meses para tratar de parar este tipo de ataques frecuentes contra minorías. Aunque por el momento no han conseguido detener esta violencia religiosa. El grupo que más la sufre es la musulmana chií.