Por Euronews
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El tráfico en Pekín se ralentizó a lo largo de este miércoles porque una tormenta de arena dejó la capital casi a “ciegas”. No se podía ver nada a
PUBLICIDADEl tráfico en Pekín se ralentizó a lo largo de este miércoles porque una tormenta de arena dejó la capital casi a “ciegas”. No se podía ver nada a más de diez metros.
El cielo también cambió de color, se volvió naranja.
Los viandantes tuvieron que utilizar máscaras, mientras que los coches intentaban tener un poco más de visibilidad utilizando las luces antiniebla.
El Centro Meteorológico Nacional del país ya ha anunciado que más provincias de China se verán afectadas por el mal tiempo, acompañado de una fuerte bajada de las temperaturas.
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