El que avisa no es traidor. Estas son las palabras que Purito Rodríguez tendría en su cabeza al cruzar la meta tras las duras rampas de la Ermita del
El que avisa no es traidor. Estas son las palabras que Purito Rodríguez tendría en su cabeza al cruzar la meta tras las duras rampas de la Ermita del Alba. El español del Katusha ha rematado en la etapa de este lunes lo que empezó a gestar en la jornada anterior y se coloca líder de la Vuelta solo un segundo por delante del italiano Fabio Aru.
En un recorrido considerado como la segunda etapa reina tras Andorra, con siete puertos y un ascenso final con pendientes de hasta el 21%, Purito esperó hasta los últimos 700 metros para abrir hueco con Aru y arañarle dos preciados segundos. Poco tiempo pero suficiente para tener que cederle el maillot rojo de líder al catalán.
Nueve minutos antes, Frank Schleck había llegado el primero. El luxemburgués ganó una etapa de la Vuelta 45 años después de haberlo logrado su padre.
Sin embargo, las miradas siguen puestas en Tom Dumoulin, que ha resistido las etapas de montaña con aplomo para afrontar la contrarreloj del miércoles con grandes posibilidades de colocarse líder de la carrera. 1’51’‘es la distancia que le separa de la cabeza.